Un total de siete testigos presentará la fiscal 5 de la Unidad Especial contra Falsos Testigos, Amanda Cettina, durante el juicio que se inicia hoy en contra de Silvia Beatriz Gette Ponce, exrectora de la Universidad Autónoma del Caribe, y de su abogado, el valduparense Arcadio Tobías Martínez Pumarejo.
Uno de los testigos del ente acusador será el exjefe del Frente 'José Pablo Díaz' de las AUC, Édgar Ignacio Fierro Flores, alias Don Antonio, en el juicio que se les sigue a Gette y Martínez por presunto soborno en la actuación penal que se lleva por el homicidio del ganadero Fernando Cepeda, esposo de María Paulina Ceballos, hija del exrector de la Uniautónoma, Mario Ceballos.
Durante el juicio oral, la defensa de Gette Ponce presentará cuatro testigos, mientras que el abogado Martínez Pumarejo presentará tres.
La Fiscalía recordó en un comunicado que 'los hechos materia de investigación se relacionan con la denuncia interpuesta por alias Don Antonio, quien desde el pabellón de Justicia y Paz de la cárcel La Picota afirmó que el litigante ofreció 250 millones de pesos para que el exparamilitar cambiara su versión en el proceso penal en trámite contra la argentina por la muerte de Cepeda Vargas'.
De acuerdo a la acusación, alias Don Antonio envió desde Bogotá a Barranquilla a su emisario David Mostacilla Silva para recibir este dinero de parte del abogado vallenato, en la plazoleta de comidas rápidas de un centro comercial, sitio en el que los agentes del CTI de la Fiscalía capturaron en flagrancia al litigante con una tula que contenía el dinero en billetes de 50 mil pesos.
En la audiencia preparatoria de juicio, celebrada la semana pasada, la juez 34 de Conocimiento de la capital le negó a la defensa de Martínez un aplazamiento de más de 45 días para el inicio del juicio oral y programó para este martes, a las 9 de la mañana, el comienzo del desfile de testigos en el estrado por este caso del presunto soborno.
Al respecto, César Londoño, abogado de Martínez, dijo que necesitaba más días para preparar su defensa 'luego de que nos quitaran tantos testigos para este juicio', refiriéndose a una decisión de la togada, que fuera apelada pero luego confirmada por la segunda instancia, que consideró que la mayoría de testigos solicitados por la defensa eran impertinentes.
