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El presidente Juan Manuel Santos concluyó ayer su visita de Estado a las islas británicas con viaje a Belfast, donde ensalzó el éxito del proceso de paz norirlandés y mostró su confianza en que sirva como ejemplo para poner fin al conflicto en Colombia.

Esta última parada en la capital de Irlanda del Norte fue una petición expresa de Santos, quien reveló que también quería agradecer en persona los esfuerzos efectuados por políticos y activistas de la provincia británica para hacer avanzar el proceso negociador entre el Gobierno y las Farc.

Entre ellos figuraba el 'número dos' del Gobierno de Belfast, el nacionalista republicano Martin McGuinness, quien, junto a la ministra principal, la unionista Arlene Foster, le recibieron ayer a su llegada a Stormont, sede de la Asamblea autónoma.

'He seguido lo que han hecho durante las últimas dos décadas, el proceso de paz ha sido una inspiración para nosotros, para mí', destacó Santos después de reunirse con ambos líderes, enemigos durante el pasado conflicto y socios ahora en el Ejecutivo de poder compartido entre católicos y protestantes.

En este sentido, el primer mandatario se declaró 'impresionado' por los progresos efectuados para reconciliar a las comunidades históricamente enfrentadas en el Ulster.

'Esto es, incluso, más difícil, pero han hecho un gran trabajo. Sé que todavía está en marcha, pero para nosotros es también una fuente de inspiración', agregó durante un acto organizado en el centro turístico ‘Titanic Belfast’.

Santos instó al país a fijarse en Irlanda del Norte y aprender de la 'tenacidad y perseverancia' mostrada por su gente para alcanzar la paz.

Recordó que el fin del conflicto ha traído una 'lluvia de inversiones' y ha transformado radicalmente esta región, unos beneficios que pueden repetirse al otro lado del Atlántico, 'si somos capaces de lograr la paz'.

'He observado la perseverancia y tenacidad con la que han resuelto este largo y terrible conflicto aquí, en Irlanda del Norte, y ha sido un gran ejemplo que he tratado de imitar', señaló Santos, quien destacó la ayuda prestada, desde su experiencia, por dirigentes como McGuinness, líder del partido Sinn Féin y excomandante del ya inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA), quien recordó el papel desempeñado por 'muchos de nosotros' durante la negociaciones de paz desarrolladas en La Habana.

El éxito del proceso de paz

Por su parte, Foster confió en que los esfuerzos de Santos den lugar a una 'era de paz y prosperidad' en su país, a pesar de los 'desafíos' y trabas que afectan a cualquier proceso pacificador.

La jefa del Ejecutivo de Belfast y líder del mayoritario Partido Democrático Unionista (DUP) manifestó su deseo de que esta visita sirva para estrechar también la colaboración entre ambos países 'con sus respectivos sectores empresariales'.

Foster recordó que el proceso de paz norirlandés ha ayudado a crear una economía regional 'vibrante y sostenible', cuyo éxito se mantendrá gracias a un 'renovado interés por promover su comercio internacional' en mercados importantes, como el colombiano.

Durante su estancia en Belfast, Santos también se reunió con el ministro británico para Irlanda del Norte, James Brokenshire, y mantuvo un encuentro con varias organizaciones no gubernamentales que trabajan sobre el terreno en Belfast para eliminar las tensiones sectarias que aún afectan a algunas zonas de la capital.

Santos cerró en la capital norirlandesa su viaje de Estado de tres días al Reino Unido, el primero de un mandatario colombiano y que ha realiza acompañado de su esposa, María Clemencia Rodríguez de Santos, a invitación de la reina Isabel II.

El conflicto europeo que demoró 30 años en pacificarse

El conflicto en Irlanda del Norte tuvo su efervescencia en octubre de 1968, cuando las condiciones de discriminación política y social de la población católica de Ulster, (Nacionalistas), se hizo más evidente por parte de los protestantes (Unionistas)

Los norirlandeses de religión católica no veían mejoras por parte de los gobiernos de Inglaterra y de la República de Irlanda ante esta postura tomaron la decisión de protestar en as lcalles, con el propósito de lograr lo que no se encontraba en los salones de diálogo. Para esa época, el movimiento republicano irlandés y el IRA (la rama militar) tenían influencias del marxismo europeo, resultado de la guerra fría. Así, las protestas, de parte y parte, se tornaron más violentas con el transcurrir de los días.

La violencia fue una variable que se usó para obtener la victoria sobre la contraparte. El IRA, con sus acciones violentas, alcanzó notoriedad. Luego de las victorias en varias elecciones por parte de los republicanos, los gobiernos de Londres y Dublín pusieron más empeño en lograr puntos de encuentro. Después de varias negociaciones con los actores, se concluyó que había que erradicar la violencia como arma política, lo cual condujo a una tregua en 1994. Y aunque el frágil cese al fuego se rompió, el acuerdo de paz llegó a Irlanda del Norte en la Semana Santa de 1998.