Un potable encierro de la ganadería de Juan Bernardo Caicedo se fue de las manos en la Feria de Cali con tres toreros que quisieron triunfar pero no encontraron, a excepción de Ramsés, el camino para hacerlo.
Ficha del festejo
Seis toros de Juan Bernardo Caicedo, desiguales de presentación. Aplaudidos cinco de ellos en el arrastre (a excepción del quinto).
Paco Perlaza (celeste y oro). Espadazo y saludo desde el tercio. Pinchazo, entera y descabello. Silencio
Cristóbal Pardo (tabaco y oro). Espadazo y silencio. Entera y silencio.
Ramsés (grana y oro). Pinchazo, espadazo y oreja. Espadazo y silencio
Ramsés, primer triunfador en Cali
El torero bogotano Ramsés se convirtió hoy en el primer triunfador de la Feria de Cali al cortar la única oreja del festejo con que se abrió la edición número 59 del tradicional ciclo taurino, que tiene como epicentro la plaza de toros de Cañaveralejo en la última semana de cada año.
Con su faena firme al tercer ejemplar de la tarde, Ramsés consiguió el favor de los espectadores ante un toro que, como la mayoría de los de la ganadería de Juan Bernardo Caicedo, dio posibilidades para el lucimiento.
Muleta baja y pinceladas de arte sirvieron de base al diestro para construir una lidia que terminó arriba y redondeó con acierto en la espada, para conseguir la oreja.
Sus posibilidades de obtener la puerta grande con algún otro trofeo en el toro que cerró el festejo se perdieron entre la falta de decisión y el apresuramiento.
Las pretensiones de triunfo de los otros dos actuantes, de la terna compuesta por toreros colombianos, quedaron en el camino.
Para el caleño Paco Perlaza, su inspiración en el cuarto de la tarde en las series sobre el pitón derecho presagiaron un triunfo de proporciones, pero el fallo con la espada le negó esa posibilidad.
En la lidia del toro con el que se abrió la corrida, Perlaza también alcanzó a tocar la opción de algún reconocimiento con una labor en la que abundaron la entrega y la voluntad, eso sí, sin llegar a tocar la sensibilidad de los espectadores y despertar así alguna petición de trofeo.
Cristóbal Pardo se marchó en blanco también. Ni en el primero de sus ejemplares, en el que se lució en tres pares de banderillas pero no pudo dar continuidad a las emociones con la muleta, ni en el quinto, el de menos opciones, el torero colombiano nacido en el departamento de Caldas, pudo estar a la altura de las exigencias de sus ejemplares.
Tampoco de los aficionados que registraron un cuarto de entrada de la plaza de Cañaveralejo, en una tarde fresca, cruzada por ráfagas de viento.