El 90 % de las mujeres de las cárceles de Bogotá, Medellín, Cali y Cúcuta son madres y de estas el 51,6 % tuvo su primer hijo siendo menores de edad, según un estudio realizado por la Universidad Nacional de Colombia (UN).
'Muchas de las reclusas viven en condiciones infrahumanas, hay hacinamiento, goteras, drogas, violencia. Hace falta atención integral para esta población', advirtió además la autora del informe, María Mauersberger.
Asimismo, la investigadora determinó que las madres reclusas atraviesan por cuatro fases durante su presidio: el choque, el rechazo, la adaptación y, finalmente, la esperanza.
Sin embargo, el estudio concluye que en general entre las presidiarias con hijos fuera de la cárcel impera el sentimiento de culpa.
El estudio alerta que otro de los aspectos delicados que deben enfrentar estas mujeres es que según lo estipulado en el reglamento de la mayoría de centros penitenciarios, las madres solo pueden ver a sus hijos una vez al mes.
Así las cosas, entre estas madres alejadas de su descendencia existen dos estigmas, uno por el delito cometido, y el otro por 'ser malas mamás', por no estar al lado de sus hijos.
'En el caso de delitos menos graves, varios autores señalan que se puede pensar en penas alternativas para las madres, como el trabajo comunitario. Ante todo hace falta trabajo preventivo, atención psicológica, acompañamiento a los hijos y educación con un enfoque diferencial de género a los funcionarios que cuidan las cárceles', concluyó Mauersberger.
Además, el informe descubre que, a menudo, las presidiarias son rechazadas por su propia familia: 'Solo el 15 % recibe la visita de sus parejas. En el caso de los hombres sucede todo lo contrario', advierte Mauersberger.
Por otro lado, el 80 % de la población carcelaria proviene de los estratos más bajos de la sociedad colombiana, lo que muchas veces complica el desplazamiento a las cárceles, sobre todo si estas quedan lejos de las casas de los hijos.
'A pesar de todo esto, el sentimiento de maternidad se intensifica, el pensamiento de la mamá gira alrededor del hijo, por saber cómo está, con quién está, que no le haga falta nada', agregó la autora del estudio.
Igualmente, subraya que un gran número de internas que trabajan durante su presidio envían a sus hijos prácticamente la totalidad de su sueldo, que en el caso de la Cárcel Distrital San Diego (Cartagena) ronda los 100.000 pesos mensuales.