El cambio climático provoca 'resultados tremendos' en los desastres naturales como la avalancha en Colombia que mató a más de 200 personas, y las emergencias por fuertes lluvias en Ecuador y Perú, dijo este sábado un responsable de Naciones Unidas.
El 'cambio climático está generando unas dinámicas y vemos los resultados tremendos desde el punto de vista de la intensidad, la frecuencia y la magnitud de estos efectos naturales, como el que acabamos de ver ahora en Mocoa', afirmó a AFP Martín Santiago, jefe de ONU para Colombia.
Una masiva avalancha en Mocoa, un selvático municipio en el sur de Colombia, dejaba este sábado más de 200 muertos y otros cientos de heridos y desaparecidos.
La 'naturaleza y la magnitud del evento, la catástrofe, la tragedia, es tremenda', dijo el diplomático, quien aseguró que la zona de la catástrofe tendrá 'impactos' a corto, mediano y largo plazo por su 'vulnerabilidad' y 'pobreza'.
El funcionario afirmó que en este momento 'la atención prioritaria' debe enfocarse en los heridos, las familias afectadas y las familias de los fallecidos.
Además de Colombia, la ola invernal en Sudamérica ha golpeado a Perú, que viene soportando desde principios de año lluvias y avalanchas que hasta el momento dejan 101 muertos y más de un millón de damnificados.
En Ecuador, por otro lado, se han registrado 21 muertes desde enero, 9.409 familias damnificadas y 1.280 damnificados.
Santiago indicó que los gobiernos y los organismos internacionales deben estar 'totalmente en alerta' para fortalecer sus capacidades de respuesta y prevención a los desastres naturales.
Para ello, abogó por 'determinar las mejores arquitecturas institucionales' que den herramientas a las comunidades para 'enfrentarse y prevenir este tipo de eventualidades'.
'Para que todos estemos realmente a la altura de los desafíos que presentan los desastres naturales agravados por la intensificación del cambio climático', apuntó.
La catástrofe de Mocoa supera al último gran desastre natural de Colombia, el de Puerto Salgar, Antioquia, donde en mayo de 2015 murieron 92 personas por un deslave.