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Tras las críticas del presidente de Estados Unidos Donald Trump, su homólogo en Colombia, Iván Duque, le respondió desde la ciudad de Cartagenera que 'aquí hay que rendirle cuentas es al pueblo colombiano'.

Duque recalcó que la batalla contra el narcotráfico debe ser una lucha compartida, una 'lucha de todos los países del mundo'.

'Le rendimos cuentas es al pueblo colombiano para enfrentar ese fenómeno. Y, por supuesto, trabajamos de la mano con los países que quieran hacer de este ejercicio un trabajo compartido. Porque así es: un trabajo compartido', expresó el mandatario.

Así mismo, el presidente se refirió al papel que tienen otros países dentro de esta lucha contra las drogas: 'Los países que tienen altos niveles de consumo deben enfrentar ese fenómeno, mientras nosotros hacemos lo propio en Colombia enfrentando a los carteles y enfrentando los cultivos ilícitos'.

También hizo referencia al nacimiento del Plan Colombia, a través del cual Estados Unidos y Colombia se unieron en esa 'responsabilidad compartida' para combatir el narcotráfico. Por lo que, Duque señaló que 'hay que reconocer que entre 1999 y el año 2012, Colombia logró pasar de 180.000 hectáreas de coca a cerca de 50.000 hectáreas', indicó.

El mandatario fue enfático en decir que desde el 7 de agosto (fecha en la que asumió la presidencia) puso en marcha una serie de medidas para frenar ese crecimiento de cultivos ilícitos como la expansión de los grupos de erradicadores manuales.

En el mismo sentido, el líder del Centro Democrático, Álvaro Urive Velez, dijo que Colombia y Estados Unidos han sido unos aliados naturales en la lucha contra el narcotráfico. Estados Unidos no encuentra en el mundo un mejor aliado para luchar contra el crimen que el gobierno de Iván Duque'.

Así mismo, dijo que 'estas 209.000 hectáreas de droga en parte aparecen también por el apoyo de los Estados Unidos a ese acuerdo de impunidad a las Farc, que lo dio la administración Obama. Colombia está sufriendo las consecuencias de ese acuerdo'.

Uribe también manifestó su 'preocupación' ante las declaraciones de un 'aliado' como EEUU.