Compartir:

El presidente colombiano, Iván Duque, se refirió este sábado al editorial del diario estadounidense The New York Times, aunque sin mencionarlo directamente, al asegurar que defender la legalidad para construir la paz en el país no puede ser cuestionado ni señalado.

'Sea esta la ocasión para ratificar que todos los colombianos queremos la paz de nuestro país, pero queremos una paz con verdad, justicia, reparación y con no repetición', dijo Duque en el acto de Gobierno denominado Taller Construyendo País, que se llevó a cabo en la caribeña ciudad de Valledupar.

Al presentar los pormenores de la Ley del Plan Nacional de Desarrollo, con la cual se busca cerrar la brecha social mediante inversiones en varios frentes, el mandatario enfatizó que 'defender los valores de la legalidad en la construcción de la paz no puede ser desdeñado, ni señalado, ni cuestionado ni satanizado'.

'Todos los colombianos queremos vivir en un entorno de paz pero requerimos que los que han cometido los peores crímenes en la sociedad reparen a sus víctimas, digan la verdad, tengan una justicia proporcional y, oígase bien, Colombia debe ser implacable con la justicia para los que reincidan en el camino criminal', sostuvo Duque.

De inmediato los medios colombianos tomaron estas afirmaciones como una respuesta al editorial del periódico neoyorquino que ayer manifestó que el Gobierno de la nación andina no está cumpliendo con algunos de los puntos del acuerdo de paz firmado en 2016 con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), lo que pone en en peligro dicho proceso.

'Los integrantes de las FARC dejaron las armas y muchos han vuelto a la vida civil, pero el Gobierno ha ignorado en gran medida las promesas de ayuda y desarrollo rural que eran cruciales para el acuerdo', indicó el NYT en el texto.

El editorial menciona asimismo que Duque ha 'saboteado los avances pacíficos' y que 'hasta 3.000 militantes (de las FARC) han reanudado los combates'.

Lo anterior ha hecho que el Ejército intensifique 'los ataques contra militantes y presuntos criminales, lo que lleva incluso a algunos oficiales a temer que tácticas tan agresivas conduzcan a la muerte de civiles', agregó el diario.

Para tratar de aclarar la situación, el canciller colombiano, Carlos Holmes Trujillo, indicó que se reunirá la próxima semana con representantes del New York Times.

'Se tendrá una reunión con la junta editorial (del NYT) para analizar a fondo, de una manera tranquila, académica si se quiere, todo el curso del debate en Colombia relacionado con el acuerdo para que haya una mejor comprensión y claridad respecto de la política que aplica el presidente Duque', dijo Trujillo a periodistas a su llegada ayer a Valledupar.

El pasado 18 de mayo el periódico publicó un artículo en el que afirmó que la política del Ejército colombiano para mejorar los resultados operacionales puede revivir la táctica de las ejecuciones extrajudiciales, conocidas en el país como 'falsos positivos', lo que dio pie a una controversia con el Gobierno.

Las ejecuciones fueron cometidas por miembros de la fuerza pública entre 1988 y 2014 al reclutar a jóvenes, en su mayoría desempleados e incluso discapacitados, a quienes ofrecían un trabajo que resultaba ser un anzuelo para llevarlos a diferentes partes del país en donde los ejecutaban y presentaban como guerrilleros muertos en combate para obtener beneficios.

La Fiscalía colombiana ha investigado hasta el momento cerca de 5.000 casos de 'falsos positivos' que involucran a unos 1.500 militares.

De estos, 2.200 casos fueron remitidos a la Justicia Especial para la Paz (JEP), que se encarga de juzgar los crímenes cometidos con ocasión del conflicto armado y es la columna vertebral del acuerdo con las FARC.

Frente a las denuncias del NYT, Duque creó ayer una comisión que analizará los procedimientos de las operaciones militares con el objetivo de comprobar que se respeten los derechos humanos.

Precisamente, la portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Morgan Ortagus, dio hoy 'la bienvenida a la decisión del Gobierno colombiano de establecer una comisión independiente que examine las alegaciones respecto a las Fuerzas Armadas'.

Ortagus señaló en un comunicado que 'una Colombia más fuerte, estable, que proteja los derechos humanos, sigue siendo un interés clave para EE.UU. y la región'.

En medio de la polémica también se pronunció el expresidente colombiano Juan Manuel Santos (2010-2018), quien desde Bogotá le envió un mensaje al diario estadounidense.

'Quiero decirle al periódico The New York Times que la paz es irreversible. Puede que algunos se estén insultando, unos se digan paracos (paramilitares), otros se digan sicarios, pero la base de Colombia no va a permitir que esta paz se vaya para atrás', manifestó Santos ayer en la Universidad de Los Andes durante la graduación de 41 líderes sociales.

A juicio de Santos, 'si hay cambios que se quieren hacer para mejorar los acuerdos bienvenidos, pero tienen que ser de común acuerdo' ya que 'tenemos una Corte Constitucional guardiana de los acuerdos y un Congreso que ya demostró que los acuerdos son para respetarse'.