El crecimiento de la pandemia de la COVID-19 en Colombia empieza a pasar factura a hospitales y servicios funerarios, desbordados en varias ciudades en medio de denuncias de falta de información sobre enfermos y fallecidos y hasta de cadáveres extraviados.
Es el caso de Diego Castañeda, quien llevó a su padre de 88 años al Hospital Militar Central de Bogotá por fiebre y una afección urinaria pero 48 horas después se enteró de que había fallecido y, aunque han pasado diez días desde entonces, sigue sin saber la causa real ni dónde están sus restos.
'Llevé a mi padre al hospital, tenía algo de fiebre, pero era por una infección urinaria que le estaban tratando con antibióticos, cuando lo hospitalizaron entró por la misma zona por la que ingresan los pacientes de COVID-19', relata Castañeda a Efe.
Bogotá sobrepasó el viernes el listón de los 100.000 contagiados y acumula 2.748 fallecidos, una tercera parte de los 295.508 casos positivos y 10.105 muertos de todo el país, situación que pone en aprietos a la ciudad pese a que desde marzo las autoridades nacionales y locales se preparan para enfrentar el pico de la pandemia.