Más de un centenar de indígenas de los pueblos misak, pijao y nasa se reunieron este jueves en el aeropuerto El Dorado, de Bogotá, para protestar contra la violencia que azota la región del suroeste del país en la que viven y pedir al Gobierno colombiano que cumpla el acuerdo de paz que firmó con las FARC en 2016.
'Estamos exigiendo la implementación del acuerdo de paz y hacemos un llamado al país para cambiar el mal gobierno de Iván Duque', expresó a Efe Édgar Alberto Velasco, miembro del pueblo misak.
Agregó: 'Nuestra lucha es por defender la vida de los líderes sociales, de los líderes indígenas, de los defensores de derechos humanos. Nuestra lucha es en rechazo a las masacres'.
Los manifestantes hacen parte de la comunidad que el pasado 16 de septiembre derribó una estatua del conquistador español Sebastián de Belalcázar en Popayán, capital del convulso departamento colombiano del Cauca (suroeste), como forma de 'reinvidicar la memoria de ancestros asesinados'.
'(Es) un acto político de hacer presencia en este lugar denominado 'El Dorado', que nos evoca la razón por la que colonizadores se atravesaron el continente (...) arrasando pueblos y vidas a nombre de la espada y la cruz', dice un comunicado del Movimiento de Autoridades Indígenas del Suroccidente (AISO) leído en el aeropuerto.
La protesta, según sus organizadores, hace parte de la minga indígena, como se le conoce a la manifestación de las comunidades que llegó el domingo a Bogotá y el lunes protagonizó una multitudinaria concentración en la Plaza de Bolívar para plantear sus demandas al presidente colombiano, Iván Duque, con quien no logró reunirse.
La mayoría de participantes de la minga regresaron al suroeste del país el miércoles tras acompañar una jornada de multitudinarias protestas contra la política económica y social del Gobierno.