La muerte en una operación militar de Andrés Vanegas Londoño, alias Uriel, jefe del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en el departamento del Chocó es el mayor golpe que ha sufrido esa guerrilla en los últimos años al ser 'un objetivo de alto valor' para el Gobierno.
‘Uriel’ era la cabeza visible del Frente de Guerra Occidental del ELN y en el país era conocido por sus constantes apariciones en redes sociales en las que se autodenominaba la 'voz editorial’ de ese grupo, pues solía opinar constantemente sobre asuntos políticos y negociaciones de paz.
La operación contra el jefe guerrillero -ejecutada el domingo por el Ejército, la Policía y la Armada Nacional en el municipio de Nóvita (Chocó) con el apoyo de la Fuerza Aérea y la Fiscalía General- ocurrió en un campamento en el que había dos menores que, según el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, siguen en poder del ELN.
'Fue más de un año sin descanso que lo finiquitamos con una larga infiltración por la selva chocoana, empleando varios medios y métodos dada la abrupta geografía que encontramos en el litoral pacífico, hasta llegar al campamento en el que se encontraba el bandido alias 'Uriel'', dijo hoy en una rueda de prensa el comandante de las Fuerzas Militares, general Luis Fernando Navarro.
Acciones recientes
En mayo del año pasado, el guerrillero Alejandro Montoya, uno de los negociadores del ELN en los diálogos de paz que se hicieron en Ecuador, murió junto a otros cuatro guerrilleros en un bombardeo que las autoridades colombianas hicieron en el departamento caribeño de Bolívar.
Sin embargo, Montoya no tenía en la guerrilla la importancia de 'Uriel' y desde entonces el Gobierno no había propinado a ese grupo un golpe de esta magnitud.
En ese sentido, esta es la operación más importante que ha realizado contra el ELN el Gobierno del presidente Iván Duque en los más de dos años que lleva en el poder.
Antes de esta operación, el golpe más importante de las Fuerzas Armadas colombianas en el actual Gobierno fue la muerte de Walter Patricio Arizala, alias Guacho, jefe de una disidencia de las FARC, abatido en diciembre de 2018 en el departamento de Nariño, fronterizo con Ecuador.
El grupo al mando de ‘Guacho’ secuestró y asesinó en 2018 a un equipo periodístico del diario quiteño El Comercio, compuesto por el redactor Javier Ortega, el fotógrafo Paúl Rivas y el conductor Efraín Segarra.
Al mismo grupo se le atribuye el asesinato de Katty Velasco Pinargote y Oscar Villacís Gómez, una pareja de ecuatorianos secuestrada en 2018 cuando se desplazaba por una provincia fronteriza con Colombia.
Importancia de la operación
El jefe de la cartera de Defensa aseguró que las autoridades le seguían el rastro a ‘Uriel’ desde 2018 'cuando fue caracterizado como objetivo de alto valor de interés nacional' por 'la peligrosidad que representa y a la cual ha hecho referencia en distintas ocasiones' el presidente Duque.
'La operación que permitió la neutralización de alias 'Uriel' ha sido sostenida y hace unos meses la inteligencia de la fuerza pública tuvo conocimiento de su posible ubicación. Es importante dar a conocer que por la información que permitió la neutralización (...) se pagará la recompensa de 500 millones de pesos (unos 131.000 dólares)', añadió Trujillo.
El ministro explicó que esta operación es importante porque ‘Uriel’ buscaba 'desestabilizar, deslegitimar la institucionalidad mediante actos de violencia, vandalismo y terrorismo, lo cual llevaba a cabo utilizando además de armas e instrumentos letales, las redes sociales como plataforma mediática y propagandística'.
'Alias Uriel usaba los crímenes más dolorosos, más aberrantes, para hacerse propaganda sin vergüenza alguna', agregó.
El guerrillero, que llevaba más de 25 años en ese grupo, reconoció hace un mes que el ELN participó en las violentas manifestaciones en Bogotá contra la brutalidad policial en las que murieron al menos 13 personas el 9 y 10 de septiembre, jornadas en las que fueron incendiados al menos 75 Centros de Atención Inmediata (CAI) de la Policía.
Igualmente fue uno de los mandos del ELN que se atribuyó el atentado terrorista contra la Escuela de Cadetes de la Policía en Bogotá que en enero del año pasado dejó 22 muertos, entre ellos una ecuatoriana, y 66 heridos.
Menores en el campamento guerrillero
Sobre los niños detectados en el campamento, el general Navarro señaló que 'los bandidos del ELN eran los que tenían a los menores en el sitio' y agregó que, tras la operación, los guerrilleros se llevaron a los jóvenes.
En ese sentido, pidió a la guerrilla, 'que es la responsable por la seguridad y la vida de estos menores', que los entregue 'a la primera oportunidad' a través de 'los medios legítimos que tiene el Estado colombiano para que les sean restablecidos los derechos que en su momento les habían quitado'.
Esto ocurre apenas unos días después de que el senador opositor Roy Barreras denunciara en un debate en el Congreso que el ministro de Defensa le ocultó al país que 36 niños han muerto o desaparecido por acciones de la fuerza pública en los últimos meses.
Al respecto, Trujillo dijo hoy que las autoridades sí pueden ejecutar operaciones militares cuando hay menores si se cumplen 'todos los principios de conducción de las hostilidades' y manifestó que quien viola el Derecho Internacional Humanitario (DIH) es el grupo que tiene al menor en el campamento, en este caso el ELN.
'El Derecho Internacional Humanitario no menoscaba para nada la capacidad del Estado, la capacidad soberana de los Estados para acudir a su fuerza legítima para garantizar o restaurar las condiciones de seguridad', afirmó.