Compartir:

En línea con la recomendación de ampliar la base gravable en el país que hiciera hace un par de días la comisión internacional de expertos tributarios de cara a la presentación la semana entrante de la reforma al Congreso, se conoció este viernes que las personas naturales con sueldos desde los $2 millones mensuales pagarían de impuesto de renta un 2% de sus ingresos, lo que sugiere unos $120 mil anuales.

Le puede interesar: Sin apoyo, se hunde proyecto para ampliar periodos de alcaldes y presidentes

De acuerdo a la información que ha ido filtrando, el Gobierno analiza gravar en la renta los sueldos mensuales de $2 a $2,5 millones o rebajar las deducciones a quienes ya pagan renta 

Esto porque, por ejemplo, las personas naturales el año pasado tributaron en renta $13 billones mientras que las empresas lo hicieron en $51 billones, y eso que las personas naturales declarantes son 4,3 millones y las jurídicas son 550 mil.

Lea además: Gremios respaldan extensión del Paef y eliminar el 4 x 1.000

Al respecto, César Corredor Velandia, consultor senior de Pensiero International Advisors y economista de la Universidad de los Andes, le dijo a EL HERALDO que 'resulta evidente que existe una profunda necesidad de incrementar el recaudo, algo que se veía desde antes de la pandemia. La realidad es que Colombia ha hecho una serie de reformas tributarias que no han sido suficientes para mitigar el déficit fiscal que además se ha agravado con la situación de pandemia que ha reducido los ingresos del Estado y al mismo tiempo ha aumentado la presión sobre el gasto gubernamental'.

Lea aquí: Duque confirma que habrá reforma tributaria en 2021

Agregó no obstante el PhD (c) en economía de la Universidad de Texas A&M y ex director del programa de Economía de la Universidad del Norte que 'hay dos cosas en las que Colombia debería trabajar para pensar en una verdadera reforma fiscal que le otorgue un rol verdaderamente adecuado al sector público. En primer lugar, la pandemia demuestra lo importante que resulta diseñar un mecanismo que permita hacer una verdadera política fiscal contracíclica, que le de herramientas al Gobierno para responder en momentos de crisis y recaudar en mayor cuantía en momentos de auge económico'.

En segundo lugar, explicó, se requiere de una estructura que en lo posible evite la excesiva dependencia del recaudo a partir de los impuestos indirectos y la amenaza permanente de tocar el IVA a la canasta familiar. 'Esa debería ser una regla hacía adelante, la canasta familiar no se toca y trazar un camino a futuro de la estructura fiscal. Aspectos como los planes fiscales de mediano plazo y la regla fiscal han sido avances, pero se han quedado cortos y requieren de otros ejercicios adicionales para evitar que la política fiscal se aleje de sus dos objetivos principales, cerrar brechas y servir como balance en momentos en los que el sector privado entra en crisis'.

Y frente a la agenda de transformación social sostenible anunciada por el presidente, indicó el experto que 'hay elementos interesantes como el tema de la contratación de los jóvenes, la contribución al empleo formal, el impulso a la educación superior de las personas de estrato 1 al 3 y la idea de apoyar la pequeña y mediana empresa. Sin embargo para que sea una verdadera estrategia sostenible hay que complementar esta propuesta con temas asociados a la formalización empresarial, el fortalecimiento de la educación técnica y tecnológica de calidad'.

Añadió que al mismo tiempo propuestas que amplían el asistencialismo se entienden en la coyuntura actual afectada por la pandemia, pero hay que revisar muy bien si pueden incluirse dentro de un plan realmente sostenible en el largo plazo. Advirtió en este sentido que la excesiva dependencia de los agentes a los recursos estatales pueden ser contraproducentes. Igualmente esquemas como el de devolución del IVA implica costos administrativos y complicaciones en la práctica tributaria que vale la pena evaluar si realmente son inferiores a los beneficios para la población que recibe estos alivios, sostuvo.

'En resumen, todo lo que esté encaminado a la formalización, la acumulación de capacidades individuales y empresariales, el aumento de la productividad y la competitividad y a un sistema fiscal equitativo y que cumpla con el objetivo de servir de compensación en momentos de crisis es bienvenido y en eso no hay que escatimar esfuerzos, y en cambio lo que sea complicar el esquema tributario, prorrogar el asistencialismo y afectar la equidad bien vale que sea revisado y solo se entenderían como posibles estrategias de corto plazo dada la coyuntura', concluyó Corredor.