En Colombia existen cinco conflictos internos entre grupos armados y el Estado, que afectan sobre todo a siete regiones donde la violencia se recrudeció aún más en 2020 por la pandemia, según aseguró este miércoles el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
'El covid-19 agravó las consecuencias de los conflictos y la violencia', aseguró en una rueda de prensa el jefe de la delegación de la CICR en Colombia, Lorenzo Caraffi.
El panorama trazado en el balance de 2020 por el CICR es incluso peor que el del año anterior, donde el organismo ya denunció casi un millar de violaciones al Derecho Internacional Humanitario (DIH), aunque la situación 'evidentemente no se puede comparar con lo que existía a principios de los 2000'.
El país vive una tendencia de recrudecimiento de la violencia desde hace dos o tres años, pero el 'aumento progresivo de las consecuencias humanitarias fueron agudizadas por la pandemia', aseguró el italiano, que asumió a finales del año pasado el cargo de jefe de misión.
'La pandemia ha sido el medio y la oportunidad para hacerse con más territorio', señaló Caraffi, y las zonas disputadas fueron sobre todo las del Pacífico, el suroeste y la región noroccidental de Antioquia, corredores clave para la salida de mercancías ilícitas del país hacia el mar, tanto Pacífico como el Caribe.
Las fuerzas armadas estatales se enfrentan en estos territorios con cuatro grupos armados (la guerrilla del Eln, el Ejército Popular de Liberación -Epl-, el mayor grupo criminal del país -las Autodefensas Gaitanistas de Colombia- y un grupo de disidencias de las Farc bajo mando centralizado), a lo que se suma también el enfrentamiento por control territorial entre el Eln y el Epl.
Este recrudecimiento se ve en algunos datos claves como el aumento de las desapariciones, el minado de zonas donde no había artefactos antes de 2016 o un mayor ataque a misiones médicas.