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El Instituto de estudios para el desarrollo y la paz (Indepaz) reveló, a través de un informe, las cifras que dejó la violencia durante el primer mes del año en Colombia. Los datos dan cuenta del recrudecimiento del conflicto en diferentes partes del país, en las que las disidencias de la antigua guerrilla intentan ganar terreno.

El organismo tomo como fuentes el Observatorio de DD. HH. y conflictividades de Indepaz, la Unidad de Investigación y Acusación de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y la Defensoría del Pueblo con su sistema de alertas tempranas.

Es así como enero cerró con 14 líderes y tres firmantes de la paz asesinados, 13 masacres y 214 homicidios selectivos.

Por otra parte, se registró 98 amenazas, 58 atentados con tentativa de homicidio, 25 hostigamientos, 17 desapariciones forzadas y 16 desplazamientos forzados masivos.

'Yo creo que estamos hablando de un retroceso que fácilmente es una década perdida en materia de mantenimiento del orden público', dijo a el experto en seguridad Jairo Libreros, profesor de la Escuela de Gobierno de la Universidad Externado de Colombia.

Ese retroceso se hizo evidente en este primer mes, pues además de las cifras reveladas, el país volvió a ver ataques que se creía habían quedado en el pasado, como la emboscada de disidencias de las Farc a una caravana de tres vehículos de la ONU y del Consejo Noruego de Refugiados el jueves en Guaviare o la del sábado contra el gobernador del de Caquetá, Arnulfo Gasca, y su numerosa comitiva.

A esos hechos se suman la guerra por el control territorial que los frentes 10 y 28 de las disidencias libran contra la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (Eln) en el departamento de Arauca y en el vecino estado venezolano de Apure, con decenas de muertos, o los ataques casi diarios de unos y otros contra el Ejército y la Policía en distintas partes del país.

'Durante los últimos cuatro años y medio se perdió la posibilidad de garantizar la seguridad en territorios que antiguamente fueron copados por las Farc. Son territorios en donde las rutas relacionadas con el narcotráfico, el tráfico de armas y las rentas ilícitas eran un objetivo para cualquier otro grupo al margen de la ley', explicó Libreros.

Según el experto, el descuido del Gobierno, tanto del presidente Iván Duque, como de su antecesor, Juan Manuel Santos, en la parte final de su mandato, 'llevó a que perdiéramos espacio' como Estado.

Según un informe de agosto pasado de la Fundación Paz & Reconciliación (Pares), los Grupos Armados PosFARC han crecido de manera acelerada en los lugares donde operaba la antigua guerrilla y aunque no se sabe cuántos miles de hombres tienen en armas, operan ya en 138 municipios del país, articulados en dos grandes organizaciones.