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'La Comisión no es dueña de la verdad', con esas palabras Francisco De Roux, presidente de la Comisión de la Verdad, dejó por sentado que los hallazgos presentados en el informe final fueron producto de un trabajo de varios años en los que se consultaron diferentes bases de datos y se recogieron miles de testimonios.

Durante la presentación del documento el padre precisó que con el informe habla de un 'entramado de intereses políticos, institucionales, económicos, culturales, militares y de narcotráfico'.

Todos esos aspectos les permitieron identificar algunos aspectos que agudizaron el conflicto en el país. Por ejemplo, el documento señala que la guerra no solo tuvo causas armadas, sino también no armadas que se vincularon con lo económico, político e incluso cultural. Desde estos escenarios se fomentó el alzamiento en armas de campesinos y líderes políticos excluidos.

Otro de los hallazgos está relacionado con el narcotráfico, pues este no solo fue una fuente de financiación del conflicto, sino que terminó trastocando la economía y el sistema político.

El recorrido por varias regiones del país le permitió a la Comisión de la Verdad identificar también que la exclusión tuvo patrones de discriminación racial, étnica, cultural y de género.

Para la entidad, el Estado 'desprotegió regiones y poblaciones vulnerables', por lo que no tuvieron otra alternativa que entrar a los grupos armados como una opción de vida.

Esos hallazgos permitieron elaborar una serie de recomendaciones que no son de obligado cumplimiento, a pesar de que se presenta como un 'instrumento de trabajo, una agenda de futuro o una agenda país', sino que será decisión de los próximos gobiernos el seguirlo.

Francisco De Roux, presidente de la Comisión de la Verdad, considera que el país debe enfrentar el narcotráfico 'con toda determinación' si quiere alcanzar la paz porque se trata de un mal que se metió en el conflicto armado y penetró todas las esferas de la sociedad.