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Luego de 200 años, el solio de Bolívar es asumido por un militante de la izquierda. Sin duda, la posesión de Gustavo Petro Urrego como presidente de la república es un hecho significativo que supone sería el fin a décadas de persecuciones y exterminio de líderes de este espectro político.

Con el respaldo de una diversa mayoría en el Congreso, conformada por diversos movimientos políticos, Petro ha ideado la construcción de un acuerdo nacional para sacar adelante reformas estructurales que permitan impulsar la paz, combatir la pobreza y fortalecer la lucha con el cambio climático.

De cara a este nueva era, EL HERALDO consultó a un grupo de expertos y analistas, quienes explicaron lo que significa su llegada a la Casa de Nariño y las implicaciones en el futuro próximo del país.

El politólogo Yann Basset expuso que la antesala de la llegada del primer gobierno de izquierda al poder ha generado cierta tranquilidad, a través del proceso de empalme y los anuncios de las figuras que van a ser ministros.

Indicó que esto se debe a que son personalidades que tienen un gran reconocimiento y trayectoria, 'que no son activistas de izquierda radicales, particularmente en cuanto al equipo económico'.

El catedrático de la Universidad del Rosario también consideró que 'hay cierta tranquilidad' con relación a la gobernabilidad en el Congreso, debido a que existe 'la capacidad de armar una mayoría más o menos funcional y los partidos tradicionales están finalmente en el plan de colaborar con este Gobierno'.