El drama humanitario generado por el conflicto armado en la parte alta de la Sierra Nevada de Santa Marta sigue lejos de llegar a su fin.
Desde hace varios días organizaciones de derechos humanos y líderes sociales han denunciado en EL HERALDO que los grupos ilegales, principalmente las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (Clan del Golfo) y las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra (Los Pachenca) continúan consolidando su poder hasta llegar a las cabeceras urbanas de municipios como Ciénaga.
El avance de las ‘tropas’ narcotraficantes obedece, según Lerber Dimas, el director de la Plataforma de Defensores de Derechos Humanos, Líderes y Activistas de la Sierra Nevada, a que el Ejército abandonó la zona desde el pasado 31 de diciembre, cuando el presidente Gustavo Petro anunció un cuestionado cese al fuego con varias organizaciones al margen de la ley.
Los llamados de auxilio de la comunidad hicieron eco y, de a poco, la Fuerza Pública volvió a hacer presencia en la cadena montañosa; sin embargo, los campesinos de estas zonas están lejos de sentirse seguros en sus parcelas tras la lluvia de amenazas recibidas.
'Celebro la retoma de las tropas del Ejército a la Sierra Nevada de Santa Marta. Era una acción urgente y necesaria ante la arremetida de las AGC. Los más humildes no pueden seguir
aportando los muertos. Queremos la ‘paz total’, pero no a costa del miedo y el daño', explicó Dimas.
Según el defensor, el regreso de la fuerza pública se dio luego de la masacre registrada este viernes en la vereda La Tigra, ubicada aproximadamente a más de una hora del municipio de Ciénaga, en los límites con la Zona Bananera, en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta.
Cabe recordar que de las 13 masacres reportadas por Indepaz en lo corrido del año dos se registraron en el departamento del Magdalena, territorio que tan solo es superado por Antioquia (3).
De acuerdo con la organización, aunque la escalada de violencia (enfrentamiento directo entre la fuerza pública y los grupos ilegales) ha disminuido, el Clan del Golfo ha aumentado su injerencia por toda la Sierra (Magdalena, Guajira y Cesar), generando mayor número de sicariatos, hurtos, extorsiones, desplazamiento y confinamiento.
'Las comunidades están cansadas de la violencia. Los campesinos y la gente que está en medio del conflicto se está viendo muy preocupada porque no hay avance en el tema de la ‘paz total’ y no se está cumpliendo el cese de hostilidades, que de llegar a romperse desencadenaría en acciones más violentas. Ellos dicen que si esto falla la cantidad de muertos va a ser abrumadora. (...) Estos actores armados podrían demostrarle al Estado que tienen mucha fortaleza', concluyó Dimas.