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L a relación –la poquita que había– entre Francisco Barbosa, fiscal General de la Nación, y el presidente Gustavo Petro terminó de romperse. Ya se habían sacado chispas por los proyectos de paz total, ley de sometimiento y el levantamiento de órdenes de captura, pero en menos de 48 horas tuvieron un nuevo ‘round’ mucho más agresivo que encendió las alarmas de las altas cortes.