El regreso a la libertad de Salvatore Mancuso, uno de los cerebros detrás de la expansión criminal de las Autodefensa Unidas de Colombia, AUC, ha revivido un sinnúmero de llagas en un país plagado de víctimas de sus decisiones, especialmente en la región Caribe, donde se ve con cierto recelo e incertidumbre la nueva vida que tendrá el exjefe paramilitar, al que le llueven miles de reclamos para que cuente toda la verdad sobre el conflicto armado.
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Mancuso recibió la orden de libertad y salió el miércoles de La Picota, donde estaba detenido desde que llegó a Colombia en febrero pasado tras ser deportado de EE. UU. donde cumplió una condena de 15 años y 10 meses por narcotráfico.
Sin embargo, desde que llegó deportado a Colombia el 27 de febrero, está en duda su estado, pues hay varias justicias –la ordinaria, Justicia y Paz (creada tras la desmovilización de las AUC) y la Jurisdicción Especial para la Paz (creada con el acuerdo de paz con las Farc)– que debaten quién debería ocuparse del exparamilitar.
Finalmente, Justicia y Paz dio luz verde para su salida de la cárcel y el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), tras remitir 31 oficios a varios despachos judiciales para saber si había medidas de aseguramiento en su contra, dio también viabilidad a la libertad del exparamilitar.
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“A las víctimas de la violencia sobre las que tengo responsabilidad, no hay justificación alguna para el daño, las atrocidades, reconozco ese intenso dolor y pido perdón por ello. Mi regreso a Colombia no sanará esas heridas, pero sí aportaré todo a mi alcance para ayudar a cicatrizar esas heridas. He comprometido el resto de mi vida para que no se vuelvan a repetir estos hechos”, aseguró Mancuso durante una rueda de prensa.
El exjefe paramilitar, que tiene prohibida su movilización por los departamentos de la región Caribe y algunos municipios de Antioquia, ahora cumplirá labores de gestoría de paz con el Gobierno; sin embargo, hasta ahora no se conocen detalles sobre la realidad de sus funciones en el proyecto de paz total.
“Es muy lamentable el regalo de la libertad que le han dado a Salvatore Mancuso. No entiendo cuál era el afán de la justicia de este país en liberar a una persona que cometió graves delitos, incluso de lesa humanidad, como masacres, más de 45 mil crímenes, y conocedor de todo lo que pasó con el paramilitarismo en nuestro país y corren a liberarlo. ¿Por qué no se pudo esperar a que este señor nos dijera la verdad?, esa verdad que tanto esperamos y que estábamos dispuestos a cambiar por su libertad, que es lo que las víctimas queremos”, reclamó el médico y defensor de Derechos Humanos, Juan David Díaz Chamorro, hijo del asesinado alcalde de El Roble, en Sucre, en hechos ocurridos en 2003. Además, Díaz se mostró escéptico de que Mancuso repare a las víctimas en medio su libertad.
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“Como hacen todos estos jefes paramilitares, va a haber una pérdida de memoria y esa pérdida de memoria llega ahora que Mancuso salga a disfrutar de sus posesiones, del dinero manchado de sangre, de las adulaciones de sus aduladores de turno y a ser tratados como héroes y dioses. Va a pasar como los otros jefes paramilitares que en Justicia y Paz dijeron verdades a medias y cuando salieron perdieron la memoria, yo espero equivocarme”, advirtió.
Por su parte, Roumalda Paternina, la presidenta de la Red de Mujeres Tejedoras de la Memoria que son víctimas de desaparición forzada, le exigió a Mancuso que revele todos los detalles de lo ocurrido en la masacre de Chengue, registrada en el departamento de Sucre.
“Que escudriñe todo, que diga la verdad, que no tape nada. Como cabecilla en aquella época de ese grupo conoce mucho y por eso le pido que diga todo para lograr la paz que queremos en Colombia”, señaló.
Aunque diferentes sectores han recriminado la liberación de Mancuso, algunos juristas especializados en el país consideran que la salida del exjefe paramilitar de la cárcel La Picota no tiene objeción en la ley.
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“Justicia y paz establecía pena privativa de la libertad de 8 años máximo y cuatro en periodo de prueba. Salvatore Mancuso la cumplió de sobra. Estuvo preso en Colombia y EE. UU . Escándalo que terroristas y delincuentes de lesa humanidad sin haber reparado, dicho la verdad y cumplido la pena de la JEP estén pontificando en redes”, explicó el abogado Iván Cancino, quien tiró un dardo a los excomandantes de las antiguas Farc.
Por su parte, la Fundación Paz y Reconciliación, Pares, consideró: “El país debe saber qué es lo que se está perdonando. Son más de 24 mil delitos, en el 2014 reconoció ante la Fiscalía 4.093 de ellos. Estos crímenes van desde homicidios, desapariciones y desplazamientos masivos además de despojos de tierra. Es importante perdonar, pero también es vital saber el tamaño del perdón. El perdón siempre debe estar acompañado de un ejercicio de memoria”.
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Por su parte, Mancuso, que ha reconocido más de 300 asesinatos, incluido el de una niña de 22 meses, nieta de René Cabrales Sosa, presidente del Sindicato de Trabajadores de la Universidad de Córdoba, invitó a todos los sectores a dar un paso “hacia la paz del país”.
“Nadie gana la guerra, los invito a dar un paso hacia la paz total. A los colombianos les prometo que usaré esta segunda oportunidad para aportar a la reconciliación. A los pesos y contrapesos políticos les reitero mis respetos, mi compromiso con la paz. Invito a aquellos amigos en la guerra que hoy me ven como sus enemigos, los invito a que seamos amigos en la construcción de la paz, no tengo deseo de venganza, es importante que todos ellos puedan apoyar”, invitó.
