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Ni 10 minutos duró el anunciado cara a cara entre el senador cordobés de La U, Musa Besaile y el exfiscal barranquillero Luis Gustavo Moreno, pues este último decidió guardar silencio ante la Corte Suprema de Justicia en el marco de la indagación preliminar contra el parlamentario por el escándalo de corrupción que sacude al alto tribunal.

Más demoró el ingreso de Moreno -fuertemente escoltado por una docena de agentes del Inpec y el CTI, que le abrieron paso entre una nutrida delegación de medios de comunicación apostada en el Palacio de Justicia- que su intempestiva salida de la Sala de Instrucción 2, donde se desarrolló la diligencia.

Unos 20 minutos después salió Besaile, quien ante la pregunta de la prensa sobre si el silencio de Moreno legítima su confesión, contestó: 'así debe ser'.

Y agregó, un tanto indeciso: 'esperemos que el honorable magistrado que lleva el proceso en su sabiduría... nos exigió total reserva en este tema'.

Sobre la 1:30 de la tarde de este jueves llegaron a la Corte Suprema de Justicia, primero, el abogado cordobés Leonardo Pinilla -socio del exfiscal Moreno- y, luego, el senador Besaile, para exponer sus versiones del caso de corruptela que sacude el máximo tribunal de la justicia ordinaria del país.

Entre tanto, el exdirector anticorrupción, Moreno, aguardaba custodiado por agentes del CTI y el Inpec, en otro sitio del Palacio de Justicia, pues su diligencia estaba prevista para las 3:30 de la tarde.

Los uniformados ingresaron a Pinilla frente a la veintena de medios de comunicación que cubren la noticia del momento y que enloda una de las cortes, al menos hasta este escándalo, más prestigiosas del país.

Por su parte, el senador Besaile entró como un ciudadano común y corriente por las puertas del ala izquierda del Palacio, que corresponde a las cortes Supremo y Constitucional.

De todas maneras, las versiones de Besaile y Pinilla, de acuerdo a lo confesado el primero ante el alto tribunal y el segundo ante la DEA, no distan en mayor medida, y ambos admiten las transacciones de dinero a través de Moreno para los exmagistrados José Leónidas Bustos y el cartagenero Francisco Ricaurte, para frenar una orden de captura contra Besaile por un proceso de 'parapolítica'.

Este proceso, precisamente, duerme el sueño de los justos desde hace unos 10 años en la Sala Penal y, coincidencialmente, desde el 2014 en el despacho del magistrado también cartagenero Gustavo Malo, cercano a Ricaurte y, de hecho, señalado como ficha suya en el alto tribunal.

La diligencia, que se cumple en medio de la indagación preliminar contra Besaile en la Sala de Instrucción 2, en cabeza del magistrado Luis Hernández, se cumple después de que un allanamiento de la Corte en horas de la madrugada a la celda en La Picota en que se encuentran recluidos Moreno y Pinilla, arrojara hallazgos de teléfonos celulares, marihuana y cocaína.

Un par de horas después, Moreno, a través de un comunicado, negó que los elementos prohibidos fueran suyos.