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Aunque fue aprobada esta semana sin mucha dificultad en segundo debate en la plenaria del Senado la reforma pensional del gobierno del presidente Gustavo Petro, y aunque en la Cámara de Representantes la iniciativa pareciera tener una mayor vía libre tanto en la Comisión Séptima y la plenaria por los votos y las mesas directivas, la propuesta de subir de 2,3 a 4 salarios mínimos para cotizar en Colpensiones, que desconoce los acuerdos con los liberales y La U, y la fiscalmente inquietante pero solidariamente sugerente promesa de la pensión diferencial campesina y étnica, pone los peros en el trámite.

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