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Dos de los ministros más importantes de cualquier gabinete renunciaron la semana anterior al Gobierno del presidente Gustavo Petro: el de Defensa, Iván Velásquez, que era el único que se mantenía del gabinete inicial, y el del Interior, Juan Fernando Cristo. Ambos, probablemente, se irán a hacer campañas políticas, pero dejan atrás varias deudas con el país tras la gestión en sus carteras.

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La dimisión de Velásquez, ex magistrado investigador de la ‘parapolítica’ y defensor de los derechos humanos, se produce en medio de un deterioro de la seguridad en el país, por lo que su gestión como titular de Defensa ha sido muy criticada.

En los últimos meses se han intensificado los ataques del ELN contra la fuerza pública en Arauca y contra las disidencias de las Farc en el Catatumbo, Chocó y en el sur de Bolívar. Las disidencias, por su parte, han incrementado sus acciones en el Cauca y en otras regiones.

Uno de los mayores desafíos para Velásquez fue el plan para recuperar el orden público en El Plateado, Cauca, una zona estratégica para el Estado Mayor Central (EMC). En octubre pasado, el Gobierno ordenó una operación con más de 1.200 soldados y 19 vehículos blindados para retomar El Plateado, pero aún no se ha consolidado el control estatal en esta zona.

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Otras cifras que van en contra del saliente ministro son los 409 casos de reclutamiento forzado a menores de edad en 2024 y más de 50 mil desplazados, así como 22 líderes sociales y 10 firmantes de paz asesinados en lo que va corrido de 2025, la expansión del Clan del Golfo en el Caribe, el resurgimiento del ELN y la mala gestión en el mantenimiento de las aeronaves de la Fuerza Aérea.

De otro lado, entre los asuntos a destacar de su balance se encuentra que en 2024 se incautaron 861 toneladas de cocaína, unas 100 toneladas más que en 2023, cuando se incautaron 740 toneladas, la mayor cantidad en la historia del país; el homicidio bajó 1,9 % el año pasado, las lesiones personales se redujeron 9,6 %, las masacres bajaron 13 % y el hurto a personas, a comercio y a residencias se redujo en 18 %.

Y también se resalta la implementación de la mesada 14 para 244 mil veteranos; se aumentó la remuneración de quienes prestan el servicio militar a un salario mínimo, cuando anteriormente era del 30 %; se dio la gratuidad en matrículas de escuelas militares y policiales; a la Policía entraron 10.276 nuevos uniformados; se aumentó la planta de soldados profesionales e infantes de marina de 86.200 a 97.360 en 2024 y la confianza ciudadana en el Ejército aumentó un 16 % y en la Policía un 9 %.

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Entre tanto, Cristo, saliente jefe de la cartera política, que deja encargado a su viceministro Gustavo García, se despide en claroscuro de un Congreso que les dijo no sobre todo a algunas de las leyes económicas como el Presupuesto 2025 y la ley de financiamiento, así como a la reforma política, pero que al mismo tiempo no le bloqueó iniciativas a la Casa de Nariño en las que hubo mayor consenso entre ambas ramas: la reforma al SGP y la ley ordinaria de la jurisdicción agraria. Con mayor cautela y lentitud avanzan, en medio de uno que otro traspié, la reforma laboral y la reforma a la salud.

Así mismo, las elecciones en el Congreso del año pasado trajeron un empate con sabor agridulce para el Ejecutivo: la del procurador Gregorio Eljach, ternado por el presidente Gustavo Petro; también en la Corte Constitucional ‘puso’ al magistrado Miguel Polo; y como defensora del pueblo fue elegida Iris Marín, ternada por el Ejecutivo.

No obstante, Cristo, quien llegó planteando un nuevo envión del acuerdo nacional, terminó peleando con las plenarias del Senado por la hundida reforma política y de la Cámara por la ralentizada reforma a la salud.

El saliente ministro, quien asumió como jefe de la cartera política de Petro en julio del 2024, pudo ganar a algunos liberales y de La U e incluso puso de acuerdo a Cambio Radical para la reforma a la justicia, a la que le faltan dos debates.

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Para este año, según el mismo Gobierno, lo que ocupará su atención son tres proyectos: reforma a la salud, que tiene que continuar su segundo debate en la plenaria de la Cámara; reforma laboral, que presentó ponencia de tercer debate en la Comisión Séptima del Senado; y la jurisdicción agraria, que tiene mensaje de urgencia, y que fue aprobada por un amplio consenso en las comisiones primeras de Senado y Cámara.

Y es que a pesar de que la mayoría de las iniciativas caducan en junio de 2026, menos la laboral, que debe aprobarse antes de junio de este año, la Casa de Nariño sabe que este año es particular para el Legislativo por los temas electorales y puede que no caminen los proyectos con la velocidad que nacesita.

Los desafíos políticos que vienen

El gran reto de las sesiones extraordinarias del Congreso, que empiezan este lunes, será la polémica reforma a la salud en el Senado, y particularmente en su eventual tercer debate en la Comisión Séptima del Senado, que ya hundió la anterior reforma. Sobre esta nueva, Cristo venía adelantando acercamientos con los sectores cristianos de esa célula legislativa y también serían bisagras votos liberales y de La U.

sí mismo, la oposición va a intentar dilatar el tercer debate de la laboral para que se hunda en este semestre. Aunque, por otro lado, parece haber buen ambiente para la discusión de la ley de jurisdicción agraria y la reforma a la justicia. Sin embargo, el Ejecutivo va a adolecer de la experiencia de Cristo, en medio de un año preelectoral y con las crisis en el gabinete, los roces con Estados Unidos y la problemática humanitaria y de violencia en el Catatumbo.