Una mujer de 26 años fue la primera en someterse a un trasplante de útero en Estados Unidos, tras recibir el órgano donado por una joven que falleció de manera repentina y que ya había sido madre.
Lindsey, como se hace llamar para preservar su anonimato, habló hoy junto al equipo de médicos que la operaron, en una rueda de prensa en la Clínica Cleveland (Ohio), donde tendrá que estar ingresada un mes más.
'Me han dado un regalo que nunca podré pagar, estoy más que agradecida', dijo emocionada la joven, acompañada de su marido, con el que tiene tres hijos adoptados.
El trasplante, que se llevó a cabo el 26 de febrero, es parte de un ensayo clínico que los doctores esperan que resulte en trasplantes para otros 10 casos cuidadosamente seleccionados.
Los médicos esperan que, tras el año necesario para la recuperación, se pueda implantar un embrión en el útero de la joven a través de la fecundación in vitro.
Esta técnica de reproducción asistida consiste en lograr que un espermatozoide fecunde el óvulo fuera del cuerpo de la mujer, en un laboratorio, y, una vez logrado el embrión, el médico lo transfiere directamente al útero.
Las mujeres que se someten a trasplantes de útero no pueden quedar embarazadas mediante una relación sexual, porque no tienen trompas de falopio, que conectan los ovarios con el útero.
El primer trasplante en Estados Unidos llega dos años después del primero en el mundo, efectuado en Suecia y con un resultado que invita al optimismo: la mujer dio a luz a un niño completamente sano y lo mismo ocurrió en otros cuatro casos posteriores.
La diferencia principal entre el trasplante en Cleveland y el de Suecia es que el órgano procedía de una mujer fallecida.
Alrededor de una de cada 5.000 mujeres nace sin útero, según explicaron los doctores de la clínica, de manera que el trasplante abre una oportunidad para aquellas que no desean adoptar.