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Las infecciones de oído en niños pequeños son la causa más común de consultas pediátricas y un equipo de la Universidad de Washington ha creado una aplicación para el teléfono móvil que permite detectar la acumulación de fluidos y un diagnóstico en el hogar.

Los investigadores, que publicaron su invento en la revista Science Transnational Medicine, señalaron que la otitis ocurre cuando se acumula y se infecta fluido en el oído medio detrás del tímpano.

Para los padres y madres esto es causa de preocupación, ya que es difícil diagnosticar la enfermedad porque los niños pequeños no son capaces de explicar qué les aqueja. A veces los bebés presentan fiebre o se estiran las orejas, pero en otros casos no hay síntomas visibles.

En algunos casos la otitis aguda media deriva en complicaciones graves como la meningitis y otras condiciones pediátricas, incluida la otitis con efusión, que están relacionadas con demoras en el habla y bajo rendimiento escolar.

Los investigadores Justin Chan y Shyam Gollakota, de la Universidad de Washington en Seattle, inventaron una solución que requiere, simplemente, un pequeño embudo de papel y un teléfono inteligente en el cual se instala la aplicación.

'El diseño de una herramienta precisa de examen en algo tan común como un teléfono móvil puede ser crucial para los padres y las madres, y también para el personal médico en regiones con recursos limitados', señaló Gollakoa, un profesor en la Escuela Paul G. Allen de Ciencias de Computación e Ingeniería.

'Una ventaja clave de nuestra tecnología es que no requiere más equipo que un trozo de papel y una app en el móvil', añadió.

La aplicación funciona enviando sonidos adentro del oído y midiendo cómo esas ondas sonoras cambian cuando rebotan en el tímpano. La persona que cuida al bebé puede confeccionar un embudo de papel que se coloca en el oído y guía las ondas de sonido hacia el canal auditivo.

Cuando el teléfono emite un sonido continuo de 150 milisegundos, que parece el piar de un pájaro, el micrófono del teléfono recoge tanto el piar emitido como el rebote. Si hay fluido acumulado las ondas del sonido rebotado interfieren con las emitidas.

'Es como dar golpecitos con los dedos en una copa de vino', señaló el coautor del artículo, Justin Chan, estudiante de doctorado en la escuela Allen. 'Dependiendo de cuánto líquido haya en la copa, el sonido es diferente. Con el uso del equipo podemos detectar la presencia de líquido'.

Cuando no hay fluido detrás del tímpano, éste vibra y envía una variedad de sonidos que interfieren menos con la señal inicial creando una caída amplia y poco profunda en la señal general.

Pero cuando hay fluido, el tímpano no vibra bien y refleja la señal original que interfiere más y crea una caída estrecha y profunda en la señal emitida.