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Los elaborados y multicolores tapices de las tejedoras de Mampuján ya no relatan historias de horror y masacres; veinte años después y aunque las cicatrices del conflicto siguen abiertas, estas valerosas mujeres hoy tejen historias de alegría y esperanza.

El ejercicio del bordado de telas sobre telas mediante delicadas puntadas que durante muchos años les sirvió para 'sanar el trauma y aumentar la resiliencia, para recordar sin rabia, sin dolor y sin deseo de venganza y dejar una memoria' de lo que aconteció durante el conflicto armado en la región de los Montes de María, en el norte de Colombia, 'ahora es una forma de sustento'.

'Si vamos a hablar de posconflicto o pos acuerdo lo importante es que la gente tenga generación de ingreso, sobre todo las mujeres, que tengan una autonomía económica porque si no hay estos elementos, la paz no es estable', explica a Efe la defensora de derechos humanos y líder de la Asociación Mujeres Tejiendo Sueños y Sabores de Mampuján, Juana Ruiz.

'Ahora las historias que plasmamos ya no son tristes, son alegres', añade.

Estas mujeres, lideradas por Juana trabajan en un proyecto con el diseñador colombiano Hernán Zajar que consiste en usar chaquetas militares donadas por oficiales colombianos de alto rango y adornarles la parte de atrás con los tapices diseñados por las tejedoras de Mampuján.

'Estas prendas se venderán en Colombia y en el extranjero', dice orgullosa la líder, que a la vez cuenta que estos programas ya están ayudando al 'sustento económico de 70 familias víctimas de la violencia del conflicto armado colombiano'.