Los príncipes Guillermo y Enrique se dieron una tregua en medio de su tormentosa relación para desvelar juntos este jueves en los jardines de Kensington, en Londres, una estatua en honor a su madre, Diana de Gales, que hoy cumpliría 60 años.
La esperada escultura, encargada y financiada por los príncipes, presidirá a partir de ahora el Jardín Hundido (Sunken Garden, en inglés), uno de los rincones favoritos de la malograda Lady Di cuando vivía en el palacio de Kensington, en los confines de Hyde Park.
La estatua de bronce, que representa 1,25 veces el tamaño natural, muestra a Diana rodeada de tres niños para simbolizar la 'universalidad y el impacto generacional del trabajo de la princesa', indicó el palacio de Kensington en un comunicado.