Simón Mesa Soto, ganador en 2014 de la Palma de Oro al mejor cortometraje por Leidi, regresa al Festival de Cannes con Amparo, ópera prima en la que a través de la lucha de una madre por recuperar a su hijo habla de los daños colaterales del conflicto en Colombia.
Su película fue estrenada este lunes en la Semana de la Crítica, sección paralela e independiente del certamen cinematográfico francés, y concentra en la protagonista, la debutante Sandra Melissa Torres, una amalgama de esas madres que vieron partir a sus hijos al Ejército para luchar contra el narcotráfico y la guerrilla.
'Es una película política, pero quería hacer un balance entre el contexto que habita el personaje y el intimismo de la historia', cuenta el realizador, nacido en Medellín en 1986.
La protagonista de la película ambientada en los noventa, tiene días para evitar que su hijo, de 18 años, sea llevado al servicio militar obligatorio tras haber sido reclutado en una batida. Esa carrera desesperada para impedirlo evidencia a su vez la corrupción del sistema y los límites que ella está dispuesta a franquear para conseguirlo.
El filme tiene para él un fuerte eco personal: como en la película, fue hijo de una madre soltera y en su juventud recurrió a un llamado 'tramitador' para no prestar el servicio militar.
'No es legal, se supone que hay una sanción, pero así funcionan las cosas en Colombia. Todo el mundo lo hacía. La ley está escrita con cierta coherencia, pero no se aplica', relata el director, autor también del cortometraje Madre (2016).
Con esta cinta refleja como era Medellín en los años noventa. 'Cuando creces en esa época particular tienes una visión un poco difusa de lo que es hasta que te das cuenta de que tal vez era la ciudad más violenta del mundo. En cierta manera, en Colombia normalizamos todas esas cosas, la corrupción, la violencia, el malestar'.
Ecos del conflicto
El impacto directo o indirecto de ese ambiente se ramificaba por todo el país, aunque en las ciudades, según recuerda Mesa Soto, 'el conflicto, la guerrilla, el paramilitarismo, se veía mucho a través de la televisión'.
Más que denunciar la situación, el director quería plantear una reflexión en torno a la misma.
Para llevarla a la gran pantalla se apoyó en Sandra Melissa Torres, de 31 años, nacida también en Medellín y trabajadora de un almacén de electrodomésticos hasta que fue descubierta en una audición.
Meterse en la piel de Amparo no le resultó del todo ajeno, porque en su familia habían vivido un caso similar.
'Muchas mamás han pasado por esa situación y tratan de proteger y salir adelante con sus hijos. Yo también soy mamá y es duro tener un hijo expuesto a eso y saber que en cualquier momento no lo puedas recibir como se fue, sino en un cajón', dice.
Aunque la esencia del malestar social persista, según el director, 'las nuevas generaciones parecen estar diciendo que esto es inviable y no se conforman', por lo que 'ahora hay más inconformismo'.
Mesa Soto llega a Cannes con el aval de su Palma de Oro, un premio que, pese a sus expectativas, pensaba que iba a ser más decisivo a la hora de impulsar futuros proyectos.