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Del violín a la guitarra, el mexicano Carlos Santana construyó su carrera gracias a su rebeldía. Tras rechazar la música de su padre, comenzó su propio camino y le hizo un espacio a los latinos en el rock, hasta convertirse en uno de los guitarristas más aclamados del mundo y este miércoles cumple 75 años.

'Lo que logra Santana con su interpretación de rock, jazz y sonidos latinos es romper con esa barrera de preocupación de si era mexicano, estadounidense o británico, al final de cuentas lo escuchábamos y lo hacíamos nuestro, ese es el gran valor que tiene Santana para nosotros como latinos', asegura Diego Pardavé, locutor del programa de radio ‘Las rutas del rock’.

'Escuchar el sonido de la guitarra eléctrica en el parque rebotando con las iglesias y el cielo, para mí fue como ver un platillo volador por primera vez', dijo Santana en una entrevista para la inglesa BBC en 2012 sobre el día que escuchó al guitarrista Javier Bátiz tocar en el parque Teniente Guerrero de la ciudad de Tijuana.

Parado en la puerta de su casa con su violín en sus manos y su madre al lado, es como Bátiz recuerda el primer encuentro con el entonces pequeño Carlos.

'Me lo dejaron aquí, después vinieron por él en la noche y al día siguiente lo trajeron en la tarde y la señora me dijo que no había dormido nada por mi culpa, porque le había enseñado los primeros pasos (acordes)', relató Bátiz.