En el rellano de la entrada de la Casa de Nariño, sede del Gobierno, una vitrina y dos guardias custodian uno de los bienes más preciados del país: la espada del libertador Simón Bolívar, robada hace 50 años por la guerrilla del M-19 en uno de los capítulos más mediáticos de la historia colombiana.
El auditorio del Museo Nacional de Colombia fue el escenario este miércoles de un viaje al pasado: varios centenares de personas decoraron el lugar con banderas de la guerrilla urbana y los característicos colores rojo, azul y blanco del M-19, acompañados con las caras de algunos de los más representativos líderes de ese grupo.