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El Congreso Mundial de Móviles (MWC por sus siglas en inglés) cerró este jueves sus puertas tras mostrar el inmediato futuro en las telecomunicaciones, tanto en los nuevos dispositivos como en las teorías expuestas por algunos de los gurús del sector.

Desde el pasado 2 de marzo y hasta hoy pasaron por el MWC de Barcelona 93.000 visitantes procedentes de 200 países, que han podido ver los productos de más de 2.000 compañías que han aprovechado este escaparate congresual para mostrar al mundo sus últimas novedades en tecnología móvil.

El MWC, además, contó con un programa de conferencias con invitados como el creador de Facebook, Mark Zuckerbeg; el responsable de Android y Chrome de Google, Sundar Pichai; el confundador y consejero delegado de Wikipedia, Jimmy Wales; la presidenta ejecutiva de Mozilla, Mitchell Baker, o el presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos, Tom Wheeler.

El congreso atrajo a ejecutivos de todo el mundo de la industria de la movilidad (operadoras, fabricantes de dispositivos, proveedores de equipos o compañías de Internet), pero también de otros sectores como el automóvil, las finanzas o la salud.

El futuro de la red 5G, el llamado Internet de las Cosas (LoT), o el proyecto de Facebook para proveer de Internet a la población desconectada fueron algunas propuestas planteadas en esta edición del MWC.

Pero esta cita no es sólo un lugar para vender las bondades de un futuro 5G, mostrar brillantes teléfonos inteligentes curvos y relojes inteligentes u oír a Zuckerberg.

El MWC es también un foro en el que despegan innovaciones peculiares y, así, existe espacio para objetos como el teléfono circular Runcible o The Eye Tribe, un sistema biométrico de gran sensibilidad que convierte la mirada en control remoto.

Runcible es un teléfono circular que se inspira en brújulas y relojes de bolsillo y aspira a ser el 'antismartphone' porque no agobiará al usuario con notificaciones o vibraciones.

Un concepto diferente de telefonía móvil es también Project Ara, la iniciativa de teléfonos modulares de Google. La firma Yezz acudió al MWC con los prototipos - aún no funcionales - que está preparando para la puesta en marcha del piloto en Puerto Rico.

El concepto consiste en que el usuario se arme su propio teléfono con distintos módulos - Yezz ha diseñado más de cien -: la pantalla que desee, la antena que le convenga o la cámara que prefiera...

Sorprende, por su precisión, la tecnología de la compañía danesa The Eye Tribe: ha creado un dispositivo que cuesta 99 dólares y se puede usar con tabletas o televisores y que detecta la actividad de los ojos y permite navegar e interactuar con las pantallas mediante la mirada.

Lo que la compañía Metaio quiere es poder convertir cualquier superficie en una pantalla táctil, de manera que la interacción del usuario de gafas inteligentes con el mundo sea más sencilla. Y lo consigue con sensores de calor que detectan adónde apuntan las manos.

Otra tendencia clara del MWC es la tecnología vestible. La empresa Lövepac diseña joyería inteligente: Miagii es un collar de material cerámico que se conecta al teléfono vía bluetooth y alerta mediante vibraciones de las notificaciones.

Acercando la mano al dispositivo -que incluye en su interior un auricular para las llamadas-, éste proyecta sobre la palma los mensajes, quién llama y las notificaciones de Facebook y Twitter.

Por otro parte, la peculiaridad de la pulsera para niños Miiya es que emplea una técnica para lograr que los pequeños hagan deporte. Si los niños de entre 5 y 17 años hacen una hora de ejercicio al día, el muñequito virtual de la pantalla se convierte en superhéroe.

Además, conectada al teléfono de los padres permite saber la localización de los pequeños en un radio de 150 metros.