Un ejemplar del tamarino león dorado, especie en peligro de extinción y entre las más emblemáticas de Brasil, fue avistado este año en un parque del área metropolitana de Río de Janeiro tras un siglo de ausencia.
El ejemplar de esta especie de mono, también llamado como tití leoncito y que en Brasil se le conoce como 'Mico-leão-dourado' (Mico león dorado) por el color rojo y dorado de su pelo, fue visto en una reserva de investigaciones de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) en Río de Janeiro, informó esta institución estatal de investigación científica en un comunicado.
El mono fue fotografiado en la Estación Biológica de Fiocruz por los biólogos Iuri Veríssimo y Monique Madeiros, responsables del inventario de fauna en esta reserva científica ubicada dentro del Parque Estatal de Pedra Branca, considerado como el mayor bosque urbano de América y ubicado en la zona oeste de Río de Janeiro.
'El próximo paso es descubrir el origen del animal: si es un sobreviviente de una población local o si fue traído de otra región y liberado en el parque', agrega el comunicado de Fiocruz.
El tamarino león dorado es una especie endémica y exclusiva del Bosque Atlántico, el ecosistema que bordeaba todo el litoral Atlántico brasileño y del que quedan pocas reservas, y su población estaba prácticamente reducida al estado de Río de Janeiro.
De acuerdo con la Fiocruz, en el Parque Estatal de Pedra Branca hay cerca de 50 kilómetros cuadrados de bosques bien preservados en valles ubicados entre los 100 y los 300 metros de altura sobre el nivel del mar, que es el hábitat preferido para este especie.
El mono es tan emblemático que su figura estampa el billete de 20 reales, la moneda brasileña, y fue uno de los candidatos a ser la mascota de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.
El tamarino león dorado fue descrito por los primeros naturistas europeos que visitaron el estado de Río de Janeiro en el siglo XVI y los registros indican que era común encontrarlo en todo el litoral del estado de Río de Janeiro hasta el siglo XIX.
Pero la especie se fue extinguiendo gradualmente y dejó de ser vista en la ciudad de Río de Janeiro y sus alrededores hace 100 años. En la década de 1940 había poblaciones sobrevivientes en los municipios de Araruama y Maricá, pero después su hábitat quedó limitada a una pequeña región en la cuenca del río Sao Joao.
En la década de 1960, cuando tan sólo había registro de 200 ejemplares sobrevivientes, Brasil inició varias campañas para intentar salvarlo de la extinción, que fueron unificadas en 1992 por la Associaçao Mico Leao Dourado.
Esta organización no gubernamental, que creó una reserva para intentar salvarlo, calcula que actualmente hay unos 3.200 ejemplares del mono en algunos municipios del interior del estado de Río de Janeiro, principalmente en Poço das Antas.
La suerte del tamarino león dorado comenzó a cambiar en 1974 con la creación de la Reserva Biológica del Poço das Antas, la primera reserva de su tipo en el país y un marco histórico para la preservación de la fauna en el país.