La Inteligencia Artificial (IA) generativa podría sustituir a los humanos en puestos de trabajo cognitivos —en los que se necesitan procesos mentales para procesar información—, lo que ampliaría la automatización del mercado laboral a otros sectores más allá de las tareas repetitivas, según alerta un estudio que publicó este lunes el Fondo Monetario Internacional (FMI).
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Hasta ahora, se ha comprobado que los robots pueden reemplazar a las personas en acciones mecánicas y repetitivas, pero este tipo específico de IA —usado en sistemas como el popular ChatGPT de la empresa OpenAI— es capaz de simular los procedimientos de pensamiento humano, por lo que presenta desafíos más allá de los empleos de cualificación baja y media.
El informe del FMI, titulado ‘Ampliación de los beneficios de la IA generativa: el papel de las políticas fiscales’, tiene el objetivo de orientar y preparar a los responsables políticos ante el impacto de la Inteligencia Artificial generativa, ya que presenta fortalezas pero también riesgos.
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En este sentido, el organismo desaconseja aplicar impuestos especiales sobre la IA para reducir la inversión en ella, puesto que considera que podría obstaculizar la productividad, pero recomienda que los países aumenten el impuesto medio sobre las rentas del capital.
Según el FMI, la baja fiscalidad del capital en comparación con la del trabajo puede contribuir a un desplazamiento excesivo de la mano de obra y aumentar las fricciones del mercado laboral, por lo que insiste en revertir esta tendencia.
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Si esto no cambia, el Fondo advierte del peligro de mayor concentración empresarial y situaciones de monopolio.
El exmpleado de OpenAI, Carroll Wainwright, reveló que juntos a otros miembros de la organización realizaron una carta expresando preocupación respecto al manejo de las nuevas tecnologías.
El extrabajador de la organización conformó el selecto grupo de superalineamiento en OpenAI para verificar la seguridad de los modelos de inteligencia artificial, por lo cual es consciente que estas tecnologías parecen tener su grado de complejidad.
Ante este panorama, en el documento identificaron riesgos críticos asociados a la IAG:
