Un metro y doce centímetros de humanidad y una voz romántica lograron tres décadas atrás cautivar a millones, en especial latinoamericanos. Era Nelson Ned, el Pequeño gigante de la canción, que movía multitudes, bien en conciertos, bien en ventas de discos porque manejaba un carisma sinigual.
Nelson Ned era brasileño y murió ayer a los 66 años en un hospital de Cotía, en la región metropolitana de Sao Paulo, como consecuencia de una neumonía grave.
La Asesoría de Prensa de la Secretaría de Salud del Estado de Sao Paulo comunicó que el artista murió víctima de 'complicaciones clínicas', como consecuencia de una neumonía grave, una infección respiratoria aguda y problemas en la vejiga.
Nelson Ned vivía desde el último 24 de diciembre en una clínica de reposo de Granja Viana, en el municipio de Cotía, había ingresado la noche del sábado en el Hospital Regional de la ciudad.
El Pequeño gigante de la canción se consagró en la década de los sesenta como una de las voces románticas más famosas de Brasil y su éxito internacional llegó con la grabación de varios discos en español.
Ídolo en países como Argentina, México y Colombia, entre otros, Nelson Ned enfrentaba problemas de salud desde hace varios años, que se agravaron en 2003 cuando sufrió un accidente cerebrovascular . Como consecuencia perdió la visión del ojo derecho y se desplazaba en silla de ruedas. También padecía diabetes, hipertensión arterial y Alzheimer en fase inicial.
Después de una vida de excesos, Ned se convirtió en los años noventa a la religión evangélica y, desde entonces, ejecutó con éxito música del género religioso, también en portugués y español.
Con 45 millones de copias de discos por todo el mundo, Ned, intérprete de la famosa pieza musical Todo pasará fue el primer latinoamericano en vender un millón de discos en el mercado estadounidense, donde se presentó junto al español Julio Iglesias y al neoyorquino Tony Benett, y donde logró llenar tres veces el mítico Carnegie Hall de Nueva York. Entre sus temas célebres: Yo también soy sentimental, Si las flores pudieran hablar, Déjenme si estoy llorando, todas conmovedoras como lo fue su vida, luchando desde sus inicios por su poca estatura y luego luchando por salir del mundo de los excesos.


Discos. Vendió 45 millones de copias de discos con más de treinta grabaciones de estilo libre y ocho de gospel.