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Con camisas, abanicos, estampillas y otros artículos con la imagen del papa Francisco, fieles, voluntarios y comerciantes se agolpan en los exteriores del Parque Samanes, donde el Sumo Pontífice oficiará hoy la única misa prevista en su gira para la ciudad costera de Guayaquil, en el suroeste de Ecuador.

Ayer, el movimiento en la avenida Paseo del Parque, la principal vía del lugar, fue intenso desde tempranas horas. Los vehículos que llevaban los últimos detalles para la ceremonia y de la organización eran los únicos que podían transitar por las 50 hectáreas destinadas para el multitudinario evento.

En total, son 4.500 voluntarios inscritos para colaborar en toda las actividades que se desarrollarán en el Parque Samanes durante y después de la misa.

Cientos de personas, en cambio, esperan en la vía principal la apertura de las puertas. Algunos llegaron con sillas, carpas para dormir, parasoles y hasta plásticos para poner en el piso. Usaban abanicos y cartones para sofocar el calor que se sentía en la tarde en la ciudad.

En la noche se sumó una gran procesión con la imagen del Cristo del Consuelo hasta el Parque Samanes. Los fieles recorrieron casi 15 kilómetros y también amanecieron en el lugar para ver llegar hoy al Sumo Pontífice.

'Hemos venido con el deseo de estar lo más cerca posible del papa Francisco. Es muy especial que él haya puesto sus ojos en Ecuador para visitarlo', dijo Saúl Hidalgo, quien, en compañía de su esposa, Rosa Solís, viajó desde la ciudad Milagro hasta Guayaquil para ver al Santo Padre.

Vendedores ambulantes se agolpan en la avenida Paseo del Parque, donde pasará el Sumo Pontífice.

Un llamado al diálogo

A su llegada a Quito, el papa Francisco instó a los ecuatorianos a fomentar el diálogo y la participación sin exclusiones. Este fue su discurso en el aeropuerto de la capital ecuatoriana, primera etapa del viaje que le llevará también a Bolivia y Paraguay.

Tras citar a algunos santos del país, Francisco instó al país 'a afrontar los desafíos actuales, valorando las diferencias, fomentando el diálogo y la participación sin exclusiones para que los logros en progreso y desarrollo que se están consiguiendo garanticen un futuro mejor para todos'.

Además le aseguró al presidente de Ecuador, Rafael Correa, que para todo ello 'podrá contar con el compromiso y la colaboración de la Iglesia'.

Tras escuchar el discurso de Correa, Francisco también exhortó a poner 'una especial atención en nuestros hermanos frágiles y en las minorías más vulnerables', que son 'la deuda de América Latina'.

El pontífice comenzó su alocución en el aeropuerto Mariscal Sucre, agradeciendo a Dios que le haya permitido haber podido regresar a América Latina y estar hoy aquí 'en esta hermosa tierra de Ecuador'.

'Siento alegría y gratitud al ver la calurosa bienvenida que me brindan en una muestra del carácter acogedor que tan bien define a las gentes de esta noble Nación', agregó.

Y aplaudió cómo el 'pueblo ecuatoriano se ha puesto de pie con dignidad'.

Recordó, además, cómo en el pasado ya había visitado al país en distintas ocasiones 'por motivos pastorales' y señaló cómo también en este viaje llega como 'testigo de la misericordia de Dios y de la fe en Jesucristo'.

Francisco, durante su arribo a Quito, saluda a la juventud ecuatoriana, que llegó a acompañarlo.

Francisco destacó 'la fe que durante siglos ha modelado la identidad de ese pueblo y ha dado tan buenos frutos' y citó a Santa Mariana de Jesús, el santo hermano Miguel Febres, Santa Narcisa de Jesús o la beata Mercedes de Jesús Molina, beatificada en Guayaquil hace 30 años durante la visita del papa Juan Pablo II.

'Ellos vivieron la fe con intensidad y entusiasmo y, practicando la misericordia, contribuyeron desde distintos ámbitos a mejorar la sociedad ecuatoriana de su tiempo', dijo el Pontífice, animando a los ecuatorianos a seguir su ejemplo.

Buen augurio, Ecuador. Francisco confesó que comienza 'con ilusión y esperanza' los días que tiene por delante.

Explicó cómo en Ecuador 'está en el punto más cercano al espacio exterior: es el Chimborazo, el lugar más cercano al sol, a la luna y a las estrellas', y entonces dijo 'que los cristianos identifican a Jesucristo con el sol y a la luna con la Iglesia' y deseó que 'en estos días se haga más evidente a todos la cercanía del sol que nace de lo alto'.

'Desde aquí quiero abrazar el Ecuador entero', exclamó.

Y auguró al pueblo ecuatoriano: 'que desde la cima del Chimborazo hasta las costas del pacífico, desde la selva amazónica hasta las Islas Galápagos nunca pierdan la capacidad de dar gracias a Dios por lo que hizo y hace por ustedes, la capacidad de proteger lo pequeño y lo sencillo, de cuidar de sus hijos y ancianos, de confiar en la juventud y de maravillarse por la nobleza de su gente y la belleza singular de su país'.

Francisco terminó su discurso desando que 'el Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María, a quienes Ecuador ha sido consagrado, derramen sobre ustedes su gracia y su bendición'.

La injusticia

En su discurso de recibimiento al Papa Francisco, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, aseguró que el 'gran pecado social' de América es la injusticia, al tiempo que cuestionó cómo podemos llamarnos el continente más cristiano del mundo siendo a su vez el más desigual.

Se refirió también a la 'tragedia' de la migración y dijo no entender 'cómo los países ricos, muchos de ellos mayoritariamente cristianos, podrán justificar éticamente a las futuras generaciones la búsqueda cada vez de mayor movilidad para mercancías y capitales, al mismo tiempo que penalizan, e incluso, criminalizan la principal de las movilidades: la movilidad humana'.

Tras la misa multitudinaria y otras actividades que realice en Guayaquil, el Papa volverá a la capital de Ecuador para reunirse con el presidente del país, Rafael Correa, y visitar la Catedral, situada en el entro histórico de la ciudad.

Críticas de la iglesia

La Iglesia católica boliviana criticó algunos intentos del Gobierno del presidente Evo Morales de 'politizar' la figura del papa Francisco y su llegada a Bolivia la próxima semana.

'Tenemos que ser claros, hay una campaña que vemos del Gobierno que en ningún momento fue consensuada con la Iglesia y esos son intentos de politización de la figura del papa, la apropiación del papa', dijo el secretario ejecutivo de la comisión de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), José Fuentes.

Agregó que a la Iglesia le parece 'bien que el papa sea muy querido por el Gobierno, pero no que sea manipulado'.