Solo dos de las 21 películas en concurso en la Mostra de Venecia eran latinoamericanas y Desde allá, del venezolano Lorenzo Vigas, y El clan, del argentino Pablo Trapero, se hicieron con los dos premios más importantes, el León de Oro al mejor filme y el León de Plata al mejor director.
Vigas convenció al jurado, presidido por el realizador mexicano Alfonso Cuarón con su ópera prima, una película compleja por su contención y que con la excusa de una historia de amor homosexual hace un retrato sin concesiones de la dura realidad social de Caracas.
Mientras que Trapero presentó un thriller terrible por tratarse de hechos reales y que también es una historia resultado de una época complicada de Argentina, la del final de la dictadura y el comienzo de la democracia, momento en el que surgieron delincuentes antes bajo la protección gubernamental como la familia Puccio, protagonistas de lo que cuenta El clan.
Dos películas que confirman la potencia de un cine latinoamericano que este año ha conseguido premios en los festivales internacionales más importantes del cine -como el Oso de Oro de Berlín para El club, del chileno Pablo Larraín, o el de mejor guión en Cannes para Michel Franco por Chronic-.
Y que dejaron sin premio a las grandes favoritas del festival, Francofonía, del ruso Alexander Sokurov, o el documental Beixi moshuo (Behemoth), del chino Zhao Liang.
El gran protagonista de la noche fue el cine latinoamericano, especialmente porque el León de Oro fue para Venezuela en la primera participación de un filme de este país en la Mostra y que es además la primera vez que un filme latinoamericano recibe el máximo galardón en Venecia.