Un equipo internacional de científicos de Canadá, EE.UU., Francia, España e Italia anunció esta semana el inicio del Proyecto Leonardo para conseguir secuenciar el ADN del genial artista del Renacimiento y reconstruir sus características físicas, como su rostro, e incluso determinar su capacidad visual.
En el proyecto participa el Instituto Craig Venter de California, que fue el primero en secuenciar el genoma humano, así como el Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada, y el Instituto de Paleontología Humana de París, entre otras instituciones.
Jesse Ausubel, vicepresidente de la Fundación Richard Lounsbery, que está financiando parte del proyecto, explicó hoy durante una conferencia telefónica que todos los integrantes de esta red creen que el estudio del ADN de Leonardo Da Vinci 'tiene un gran potencial'.
El proyecto quiere conseguir muestras de los restos mortales de Da Vinci, enterrados en la localidad francesa de Amboise, al suroeste de París, así como de descendientes actuales del artista, para secuenciar su ADN.
Una vez el ADN del artista esté secuenciado, los investigadores intentarían obtener 'materiales biológicos que puedan haber quedado en pinturas o en las páginas de los cuadernos de Leonardo'.
'Durante los tres próximos años vamos a utilizar nuevas técnicas en biología molecular y genética, las vamos a combinar con conocimientos de antropología e historia para realizar nuevos descubrimientos sobre Leonardo Da Vinci', explicó Ausubel.
'Si conseguimos suficiente ADN, incluso podríamos aprender el origen de su increíble agudeza visual', añadió el científico estadounidense.
La profesora Rhonda Roby, del Instituto Craig Venter, explicó que el ADN de Leonardo Da Vinci y la investigación del equipo también podría permitir la reconstrucción de la cara del artista, nacido en 1452 y que murió el 2 de mayo de 1519 a los 67 años, el origen de su madre o su dieta, salud y hábitos personales.
Ausubel reconoció que de momento, las autoridades francesas se han negado a permitir a los científicos acceder a los restos de Leonardo Da Vinci para obtener muestras e intentar extraer el ADN.
Pero el científico añadió que ahora que el proyecto es público y dado el calibre de las instituciones e individuos implicados, prevé que París cambiará su negativa inicial.
A preguntas de Efe, Ausubel señaló que aunque las características genéticas no pueden ser consideradas las responsables únicas de la genialidad de Da Vinci, el artista poseía algunos rasgos insólitos, como parece ser su agudeza visual, que puede ayudar a explicar detalles de su trabajo.
'Hay individuos con sentidos excepcionales. Algunos con gran capacidad visual, otros gran agudeza auditiva. Esas cualidades son algunos de los atributos genéticos en los que estamos especialmente interesados. Pero para ser un genio, tanto naturaleza como educación son importantes', explicó Ausubel.
'Si uno observa los dibujos de Leonardo, es como si pudiese ver los pájaros en vuelo. La mayoría de nosotros no tiene esa capacidad visual y resolución. Claramente tenía algo especial de lo que nos gustaría aprender', añadió.
El Proyecto Leonardo, que tiene previsto concluir en 2019, el año en el que se cumple el quinto centenario de la muerte del genio italiano, también desarrollará técnicas que podrían ayudar a determinar la autenticidad de las obras de arte.
Los investigadores están trabajando para recuperar ADN de Da Vinci en huellas digitales o restos biológicos dejados por el artista en sus pinturas y en sus famosos cuadernos, como pequeñas muestras de sangre o cabello, que hayan podido quedar atrapados en sus obras.
La profesora Roby explicó que ya existen técnicas que permiten extraer ADN de huellas dactilares o de las zonas en las que una persona ha estado en contacto con un objeto.
'El desafío es hacerlo con materiales antiguos por la degradación del ADN', señaló. Pero añadió a continuación que cada día se están descubriendo nuevas técnicas para obtener ADN.
'Si podemos encontrar cabellos incrustados en las pinturas, o sangre u otro material biológico, el problema sería sacar el cabello sin dañar la pintura', añadió.
Pero Ausubel se mostró optimista de que 'en 20 o 30 años, estos procedimientos de extracción de ADN ayudarán a descubrir a museos y bibliotecas de todo el mundo quiénes fueron los creadores de obras de la antigüedad'.