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La muerte de Arturo, el último oso polar de Argentina, ha despertado controversia en el país austral por su vida en cautiverio en un zoológico del oeste del país, que según asociaciones ecologistas no era la adecuada.

A punto de cumplir 22 años viviendo en el zoológico de Mendoza, Arturo, de 31 años, había superado el promedio de edad de este tipo de animales cuando se encuentran en cautiverio, que está en 26 años, y falleció en la tarde de este domingo, informó el Gobierno provincial.