Este fenómeno, que se repite anualmente entre finales de julio y comienzos de agosto, cuando la Tierra atraviesa en su trayectoria la estela del cometa ‘Swift-Tuttle’, será en 2016 más intenso y alcanzará su máximo visible entre el 11 y el 12 de agosto.
La lluvia de estrellas de las perseidas, que normalmente ofrece un máximo de cien meteoros por hora, podría alcanzar este año los quinientos, un aumento de actividad que el Instituto Andaluz de Astrofísica, con sede en Granada, grabará por primera vez a color y en alta definición gracias a una sonda.
'El cometa Swift-Tuttle completa una órbita alrededor del Sol cada 133 años aproximadamente; y cada vez que se aproxima a nuestra estrella se calienta y emite chorros de gas y pequeñas partículas sólidas que forman la cola del cometa', señaló Alejandro Sánchez, investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía.
El estudio de las lluvias de meteoros ayudará a mejorar los modelos de previsión de actividad, cada vez más necesarios ya que este fenómeno natural puede tener efectos perniciosos en algunos satélites en órbita terrestre.
Para disfrutar de las perseidas no es necesario utilizar telescopios ni ningún otro tipo de instrumento óptico, sino que resulta suficiente observar el cielo desde algún lugar lo más oscuro posible y lejos de la contaminación lumínica de las ciudades.