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Samsung Electronics anunció este martes que ofrece teléfonos de reemplazo a los usuarios del Galaxy Note 7 con vuelos internacionales desde Corea del Sur, después de que EEUU y otros países prohibieran el dispositivo en los aviones.

'Hemos abierto un mostrador en el Aeropuerto Internacional de Incheon para que los usuarios puedan cambiar su Galaxy Note 7 por un terminal de otro modelo', indicó a Efe un portavoz de la empresa con sede en Seúl, sin especificar si esta medida se ampliará a aeropuertos en otros países.

Samsung optó por esta medida después de conocerse que las autoridades de transporte de EEUU, Canadá, Israel y Japón, además de aerolíneas de otros países, han prohibido llevar a bordo del avión -incluso apagado- el Galaxy Note 7 tras varios casos de ignición y la consecuente retirada del producto en los mercados.

En el caso de Corea del Sur, que junto a EEUU es el país donde se han vendido más Galaxy Note 7 desde que llegara a las tiendas en agosto, el Ministerio de Transporte de momento no ha impuesto restricción alguna al modelo en vuelos nacionales o internacionales.

Mientras, Samsung Electronics, que en un principio atribuyó los incendios a baterías defectuosas, ha iniciado una investigación a gran escala para conocer las causas del problema después de que algunos modelos revisados también ardieran.

La empresa ha puesto a trabajar en el caso a 'numerosos' ingenieros que 'examinan minuciosamente los procesos de ingeniería, fabricación y control de calidad del producto' para tratar de hallar la causa de los incendios en los terminales, según el portavoz.

'Barajamos cualquier posibilidad y estamos trabajando contrarreloj para llegar al fondo del problema', indicó el representante de la multinacional surcoreana, que también coopera con la empresa suiza SGS especializada en inspecciones y control de calidad de productos.

En paralelo, el Gobierno de Corea del Sur ha puesto en marcha otra investigación con la colaboración de Samsung.

Tras incendiarse varios Note 7 la empresa ordenó en septiembre la revisión de unos 2,5 millones de teléfonos, pero finalmente retiró el producto del mercado este mes al persistir el problema.

Samsung estima pérdidas operativas de unos 6,1 billones de wones (unos 4.892 millones de euros/5.384 millones de dólares) entre julio de este año y marzo del próximo por el fiasco del Galaxy Note 7.

Además, ha calculado un impacto negativo de en torno a 3,5 billones de wones (2.800 millones de euros/3.100 millones de dólares) en su beneficio operativo de los próximos dos trimestres.