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El papa Benedicto XVI prometió, tras su renuncia en febrero de 2013, que permanecería 'oculto al mundo' y en ese silencio en el que se ha sumido en este tiempo cumplirá este domingo 90 años.

Para no interferir en los ritos del Domingo de Resurrección, Benedicto XVI lo celebrará el lunes de manera discreta con un pequeño homenaje que le ofrecerá un grupo de su región natal, la Baviera alemana.

En la puerta de su residencia, el monasterio Mater Eclessiae, dentro del Vaticano, y ataviados con el traje tradicional, los miembros del grupo interpretarán música típica bávara y le felicitarán el cumpleaños.

Para la ocasión ha viajado su hermano monseñor Georg Ratzinger, que a pesar de sus 93 años no ha querido faltar a ese pequeño homenaje, en el que también estará presente el primer ministro de Baviera, Horst Lorenz Seehofer.

'Todo lo bávaro hace mucho bien al corazón del Papa', explicó su aún histórico secretario, monseñor Georg Gänswein, ahora prefecto de la Casa Pontifica, quien adelantó que, además de 'muchos libros como regalo', también le han llegado muchas cartas llenas de afecto.

Uno de los primeros en felicitarle fue Francisco, que el pasado miércoles acudió al Mater Eclessiae para el tradicional augurio de Buena Pascua al papa emérito en un nuevo encuentro entre ambos que tuvo 'un doble carácter de celebración' pues también aprovechó para desearle un buen cumpleaños.

También preocupa la salud del 'abuelo en casa', como le ha definido Francisco, y Gänswein asegura en sus declaraciones que 'está lucidísimo, aunque las fuerzas físicas disminuyen'. Efe