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La exitosa escritora británica E.L. James, autora de la serie erótica Cincuenta sombras, protagonizada por el poderoso y controlador multimillonario Christian Grey, asegura que ese tipo de 'macho alfa' no vale la pena.

Cuestionada en una entrevista con Efe acerca de si este tipo de hombres está 'sobrevalorado', la autora de 56 años dice sospechar que se trata de personas que requieren tanta atención y tiempo que 'rara vez valen el esfuerzo'.

Quizás por eso dejó atrás al carismático personaje que dio título a su serie de novelas eróticas de las que vendió más de 150 millones de ejemplares, y apostó por un cariz diferente en su reciente novela, Mister, publicada en español el pasado 7 de mayo, 20 días después que la versión original en inglés.

Aunque, al igual que Grey, su nuevo conquistador es un apuesto y adinerado joven, Maxim Trevelyan se revela como una persona más sensible y cercana al común de los mortales y con relaciones sexuales alejadas del BDSM (disciplina y dominación, sumisión y sadismo y masoquismo) que amaba el sexy empresario estadounidense en Cincuenta sombras.

James explica que Maxim no se parece 'en nada' a Christian, más allá de la vida acomodada y disipada, que se ve alterada cuando aparece en su vida una mujer enigmática de la que se enamora, Alessia Demachi, lo que lo ayuda a 'encontrar su propio propósito'.

Quizás ese giro en la forma de ser del protagonista masculino hace de Mister una novela más romántica que erótica, aunque esté muy presente el erotismo, que para la autora es inseparable del amor.

'Escribo historias de amor, y los libros que he escrito hasta ahora son para adultos, y la mayoría de los adultos que se enamoran tienen relaciones sexuales. El buen sexo es una cosa maravillosa que expresa amor y profundiza el vínculo de los amantes, y mis historias lo celebran', dice James.

Eso sí, dice que adora el 'clásico cuento' de un hombre poderoso 'desarmado completamente por una mujer joven y aparentemente vulnerable'.

La 'cenicienta del siglo XXI' de su nueva obra es otra vez una joven inexperta en las artes amatorias que no puede evitar enamorarse de un hombre dos o tres escalones sociales más arriba del suyo y cuya principal preocupación es con quién se acostará la noche siguiente.

Pero para James, Alessia es mucho más que una joven inocente, pues tiene la carga de un peligroso y problemático pasado, en el que el machismo hace aparición en sus peores facetas, ante las que ella se revela.

'Alessia tiene poder, en el sentido de que desafía el destino que los hombres han elegido para ella y se libera para encontrar el suyo', dice.

Y es un aspecto que la autora quiere destacar, dejar claro que, a pesar de que todavía 'hay trabajo por hacer', se ha avanzado en el 'mundo desarrollado' para alejarse de una sociedad en el que hasta hace relativamente poco tiempo 'todo el poder y la propiedad' pertenecían a los hombres, 'incluso las mujeres'.

'Los personajes femeninos que escribo son fuertes en sus propios términos y entre los amantes las dinámicas de poder son muy diferentes. Ese contraste es algo que me fascina', dice la novelista londinense.