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El dúo francés de electrónica Daft Punk ha anunciado este lunes su despedida en un inesperado comunicado y tras 28 años de carrera en los que revolucionaron la música de baile con un sello inconfundible: con ellos, el funk volvió a ser moderno, cósmico, y los ordenadores aprendieron a cantar.

Pese a los 12 millones de discos vendidos en todo el mundo, muy pocos les pondrían cara a las dos personas que sostenían esta fórmula desde su fundación en 2003: Guy-Manuel de Homem-Christo y Thomas Bangalter, con sus rostros siempre ocultos ya fuese por las máscaras de perro del principio o por sus icónicos cascos de robot, que amplificaban el halo de misterio que siempre los envolvió.

Escogieron libertad de movimientos no solo a pie de calle, pues sus contratos discográficos suponían una renuncia a partidas económicas más sustanciosas a cambio de controlar todo el proceso creativo y sus ritmos. El resultado fueron cuatro discos de estudio, dos directos y una banda sonora para la película futurista Tron: Legacy (2010), que está entre lo mejor de su producción.

Resulta curioso que ese gusto por lo robótico naciera de las cenizas de un primer proyecto consistente en una banda de rock llamada Darlin' del que también formaba parte Laurent Brancowitz (a la postre, guitarrista de Phoenix). Un crítico musical tildó sus canciones de 'daft punky thrash', algo así como 'loca basura punk', y eso les sirvió para empezar a construir su nueva identidad.

Tras su viraje a la música electrónica, en 1995 llegó su primer gran éxito, Da Funk, que les dio el pasaporte para firmar con una multinacional y el lanzamiento de su primer álbum, Homework (1997), que fusionaba sonidos añejos de baile con techno y acid house y que amplió enormemente la base de oyentes de estos estilos.

Allí estaba incluido Around The World, su mayor hit de la época, en el que una voz procesada hasta perder su naturaleza humana repetía incesante las palabras del título en medio de un beat elegante y muy definido que hacía imposible no saltar a la pista de baile, como mostraba su videoclip, dirigido por Michael Gondry y con coreografía de la española Blanca Li.