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El juzgado de Primera Instancia número 2 de Xátiva (Valencia) procesó al actor porno Nacho Vidal por la muerte de un fotógrafo durante la celebración del ‘rito del sapo bufo’, al considerar que estos hechos podrían ser constitutivos de un delito de homicidio imprudente por el que debe ser juzgado.

Los hechos se produjeron el 28 de julio de 2019 en una vivienda de Enguera (Valencia), propiedad del encausado, quien, según el dictamen, actuaba como director de esa práctica o rito, 'dada la experiencia que él mismo tenía en este tipo de actos', y fue quien presuntamente proporcionó la sustancia que inhaló el fallecido, sin controlar la cantidad suministrada.

En la sentencia se señala, además, que esa experiencia se llevó a cabo 'sin ningún tipo de precaución por si la práctica se complicaba'. Así, no consta que en la casa 'hubiera material de primeros auxilios o desfibrilador alguno', ni que el investigado 'supiera realizar correctamente una maniobra de recuperación respiratoria', añade la nota del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Comunidad Valenciana.

'Ante un pretendido ritual que resultó irracional, temerario y peligroso, Ignacio J. G. actuó sin ningún tipo de rigurosidad ni se anticipó a los riesgos que finalmente se produjeron', puntualiza.

'(Vidal) fue quien presuntamente proporcionó la sustancia que inhaló el fallecido, sin controlar la cantidad suministrada'.

Lo que provoca el sapo Bufo Alvarius

El sapo Bufo Alvarius, o sapo del río Colorado, una de las 400 especies de ranas mexicanas, almacena en unas glándulas, detrás de la cabeza, una secreción que, deshidratada y después fumada, contiene un explosivo coctel de alcaloides psicoactivos, sobre todo el 5-MeO-DMT, una molécula presente en dosis bajas en el propio cerebro humano, que al circular por los receptores de la serotonina provoca breves pero agudísimos estados de alteración o rapto de la conciencia.