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El dentista de Minnesota que mató al león Cecil y desató una amplia condena mundial reapareció públicamente en una entrevista, donde cuestionó algunos aspectos de la cacería, expresó inquietud por la animosidad dirigida contra aquellos cercanos a él y dijo que volverá a dar consultas esta semana.

Walter Palmer, quien estuvo fuera del ojo público más de un mes después de volverse blanco de protestas y amenazas, intenta regresar el martes a su consultorio dental en los suburbios de Minneapolis. En una entrevista que dio el domingo por la tarde conjuntamente a The Associated Press y al Minneapolis Star Tribune —y que según sus asesores será la única que conceda_, Palmer aseguró nuevamente que él actuó legalmente y que le impactó enterarse después que había matado a uno de los animales más atesorados de Zimbabue.

'Si hubiera sabido que este león tenía un nombre y que era importante para el país o para un estudio, obviamente no lo hubiera cazado', agregó Palmer. 'Nadie en nuestro grupo de caza supo antes o después el nombre de este león'.

Cecil vivía en el vasto Parque Nacional Hwange y tenía un collar con localizador GPS, por ser parte de una investigación de la Universidad Oxford. Palmer dijo que le disparó al enorme felino de melena negra usando una ballesta fuera del parque, pero el animal no murió de inmediato. Puso en duda las aseveraciones de los conservacionistas de que el león herido merodeó unas 40 horas antes de ser muerto con un arma, asegurando que fue localizado al día siguiente y asesinado con una ballesta.

Palmer, un deportista ávido, eludió varias preguntas sobre la cacería, entre ellas cuánto pagó por ella. No permitió que se le tomaran fotos ni video durante la entrevista, la cual duró 25 minutos. Palmer observaba atentamente a los entrevistadores, frecuentemente jugaba con sus manos y ocasionalmente volteaba a ver a un asesor, Joe Friedberg, para responder a preguntas sobre la caída y su situación legal.